Espejito, espejito, ¿estás conectado a la lavarropa?
La televisión que avisa cuando el lavarropas terminó de centrifugar, el espejo que calienta el agua de la ducha y activa la cafetera: en la CES, la feria tecnológica anual de Las Vegas, la "casa inteligente" toma forma, pero sigue en gran medida desconectada de la realidad.
La empresa francesa Baracoda lleva años transformando el baño con aparatos sanitarios integrados en los objetos cotidianos.
BMirror, su nuevo prototipo de espejo conectado, puede recopilar información e intercambiarla con la báscula, el inodoro o el cepillo de dientes para hacer recomendaciones a los miembros del hogar, como beber más agua o consultar a un dermatólogo porque un lunar ha cambiado de color.
"Inmediatamente vemos si nos hemos cepillado bien los dientes o si tenemos que ponernos protector solar, por ejemplo", señaló Baptiste Quiniou, director de producto de la compañía, entrevistado en el Consumer Electronics Show (CES), el evento que se celebra del 5 al 8 de enero en Las Vegas, oeste de Estados Unidos.
Pero para un funcionamiento óptimo de esta tecnología, es necesario utilizar dispositivos compatibles, ya sea desarrollados por Baracoda o por marcas asociadas.
Para las empresas emergentes y las multinacionales que desde hace años diseñan y comercializan objetos conectados, la interoperabilidad se ha vuelto crucial.
"Estos dispositivos pueden hacer cosas increíblemente útiles, pero si no se comunican entre sí, se pierde la información", explicó Avi Greengart, analista de Techsponential.
Amazon, Samsung, Apple, Google: los gigantes tecnológicos han creado cada uno su propio ecosistema de dispositivos, a menudo en torno a un asistente de voz, como Alexa o Siri.
"Esperaban atraer a suficiente gente a su órbita y crecer a costa de los demás, pero al final todos se estancaron", subrayó el experto.
- La guerra de los ecosistemas -
Los grandes grupos acabaron poniéndose de acuerdo y hacia fines del año pasado, luego de tres años de trabajo, crearon un protocolo de conectividad llamado "Matter".
"Podemos considerarlo como el puerto USB de la casa inteligente", resumió Mark Benson, director en Estados Unidos de Smart Things, la filial de conectividad de Samsung.
"Antes, cuando comprabas una webcam tenías que comprobar que podías enchufarla a tu computadora. Ahora ya no te lo preguntas", ejemplificó.
Matter simplifica la instalación digital de diferentes equipos: ya no es necesario descargar una aplicación diferente para cada uno de ellos.
Pero los ecosistemas no desaparecen.
"La interoperabilidad, técnicamente, no es complicada. El problema son los datos. Las empresas, por naturaleza, no quieren compartir", explica Jeff Wang.
Por lo tanto, cada marca intenta convencer al público de que adopte su aplicación móvil (Smart Things, Google Home, etc.) para centralizar el control de los electrodomésticos.
En el ecosistema presentado por Samsung en el CES, el consumidor dispone de un televisor, un horno, una lavadora y un refrigerador fabricados por el grupo surcoreano.
Y a través de la aplicación Smart Things, controla su consumo de electricidad o la cocción del pollo para la cena, mientras mira una película en la televisión, la cual también indica que se terminó de lavar la ropa.
- Fusibles inteligentes -
En el stand de Google, basta decir "¡Manos a la obra!" para que se baje la persiana y se encienda el difusor de aceites esenciales.
Por ahora, los consumidores adoptaron principalmente altavoces conectados de bajo costo, que utilizan como temporizador o para escuchar música.
"Más de la mitad de los hogares estadounidenses tienen un dispositivo conectado", resaltó Benson. "Y más de la mitad de ellos han hecho su primera adquisición de un aparato inteligente en los últimos tres años", acotó.
La asociación CTA, que organiza el CES, cree que el protocolo estándar Matter hará crecer el mercado de la casa inteligente, cuando el sector inmobiliario se recupere.
Estas tecnologías "van a tener un año difícil en Estados Unidos por la caída de las ventas de viviendas", dijo a la AFP un portavoz de la asociación.
No obstante, la CTA espera que se vendan casi 5 millones de termostatos conectados en 2023, un 15% más en un año, ya que los consumidores se sienten atraídos por la perspectiva de ahorrar energía.
La empresa estadounidense Savant ha diseñado una caja de fusibles conectada para responder a este problema.
"Esa es quizás una de las últimas cosas en el hogar que no habíamos pensando hasta ahora hacer 'inteligente'", dijo Ian Roberts, vicepresidente del grupo, destacando los beneficios que conlleva ese dispositivo.
G.Vogl--MP