El artista húngaro que asombra con sus megaconstrucciones Lego
De pequeño, Balazs Doczy apenas podía conseguir juguetes Lego en Hungría, separado de Europa occidental por la cortina de hierro. Ahora, este artista construye modelos de 1,8 millones de piezas como un colorido tranvía expuesto desde noviembre en Budapest.
En el corazón de la capital húngara, la construcción del convoy requirió un equipo de 90 personas y 6.800 horas de trabajo a lo largo de un mes.
El artista de 48 años asistió al comienzo del montaje antes de volver a la isla española de Mallorca, donde trabaja como instructor de buceo.
De once metros de largo, el tranvía construido a pedido de los organismos de transporte y turismo de la ciudad y en exposición hasta el 6 de enero fascina a los transeúntes.
"¡Nunca vimos nada así!", exclama el turista malasio Lucas Chang, de 32 años. Eva Lakatos, una profesora jubilada, celebra "una atracción única" y alaba "la determinación detrás de un logro así".
- "Megaestructuras" -
Es el proyecto más ambicioso hasta la fecha de Balazs Doczy, que suele intervenir en la fase preparatoria como un arquitecto que resuelve "desafíos técnicos".
"Edificar estas megaestructuras no tiene nada que ver con los proyectos Lego normales", explica a la AFP. "Primero diseño los esbozos en ordenador, apilando piezas virtualmente, definiendo la escala adecuada y los elementos clave".
"Cada construcción tiene un talón de Aquiles. Me centro en este punto y una vez resuelto, el resto sale con naturalidad", afirma Doczy.
Pero la más mínima imperfección puede hacer tambalear todo. Por ello usa pegamento fuerte e instala un armazón de metal para dar solidez al conjunto.
Fascinado desde su infancia por estos juguetes daneses, "suplicaba a los niños de los vecinos para usar sus cajas y construir estructuras cada vez más grandes" con su hermano mayor. En esos tiempos, estas piezas eran poco comunes en este país del centro de Europa que estaba en el lado comunista de la cortina de hierro.
"Éramos ya ambiciosos en esa época", dice Doczy sonriente.
La pasión quedó en segundo plano a medida que fue creciendo, pero se encendió de nuevo gracias a su sobrino. "Nos miramos con mi hermano, nuestros ojos se iluminaron y decidimos volvernos a poner".
En medio de una mudanza desde Indonesia hacia su Hungría natal, funda en 2013 una empresa familiar bautizada "Taller de ladrillos" y empieza a concebir estas ambiciosas iniciativas.
- "Profesional certificado de Lego" -
Pronto se da a reconocer con maquetas de la basílica de San Estebán o de la plaza de los Héroes de Budapest. También reproduce después de muchas noches en blanco los leones que decoran el puente de las Cadenas sobre el río Danubio en la ciudad.
Al imaginar su tranvía, por primera vez dejó voluntariamente espacios libres para "permitir a cada uno expresar su creatividad y transformar la escultura en una obra comunitaria".
Desde 2017, Balazs Doczy dispone oficialmente del título de "profesional certificado de Lego (LCP)".
Solo una veintena de creadores en el mundo disponen de este título que recompensa a quienes son capaces de imaginar "diseños originales e innovadores empujando los límites de la creatividad y de la construcción", explica un portavoz de la empresa danesa.
Aunque no recibe retribución financiera, "puede consultar regularmente a los otros LCP", acceder a un programa exclusivo y "puede hacer pedidos de las 14.000 piezas diferentes" fabricadas por la empresa, afirma el artista.
A veces eso no basta y debe explorar los mercados de segunda mano para encontrar antiguas piezas, algunas incluso de los años 1970 de su infancia.
Incluso llega a explorar los fondos submarinos, su segunda pasión, pero nunca ha descubierto ninguna pieza en los abismos. "Son demasiado valiosas para ser lanzadas", afirma.
A.Weber--MP