Macron y Sánchez quieren una respuesta europea a los subsidios estadounidenses
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el del gobierno español, Pedro Sánchez, llamaron el jueves a dar una respuesta europea "muy proactiva" a los subsidios del plan masivo de inversión impulsado por el presidente estadounidense, Joe Biden, para evitar así la "desindustrialización" de Europa.
"Ambos somos conscientes de que hay que reaccionar de una forma muy proactiva" a esas subvenciones, criticadas por su carácter proteccionista, aseguró Macron en una rueda de prensa conjunta tras haber firmado con Sánchez un "tratado de amistad" en Barcelona (noreste), que eleva la relación entre los dos países al más alto nivel.
"Celebramos que Estados Unidos se incorpore a la transición verde, pero (...) tenemos que encontrar un acuerdo en el que ese compromiso con la transición verde no signifique la desindustrialización de Europa", insistió de su lado Sánchez.
Tal y como pretendía, Macron logró concertar en Barcelona una línea común con Madrid para articular una respuesta europea a este plan lanzado por Washington para afrontar el cambio climático, bautizado como Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés).
El presidente francés, que ya criticó a finales de noviembre en Washington estos subsidios estadounidenses "superagresivos", quiere que la Unión Europea responda de forma rotunda para evitar la fuga de empresas europeas que se vean atraídas por las ayudas estadounidenses.
Macron tendrá que convencer ahora al canciller alemán, Olaf Scholz, a quien recibe el domingo en París.
- Jornada intensa en Francia -
Pero mientras el mandatario francés se reunía con Sánchez en Barcelona, en su país arrancaban las huelgas y manifestaciones masivas contra su reforma de las pensiones.
Preguntado por las movilizaciones contra la gran remodelación de su segundo mandato, Macron dijo esperar que las movilizaciones transcurran "sin demasiadas molestias" para los franceses, y "evidentemente sin desórdenes, violencias, ni destrucción".
El tratado franco-español, rubricado de forma solemne este jueves bajo la cúpula del Museo Nacional de Arte de Cataluña, es el tercero de este tipo que Francia suscribe en Europa, después del acuerdo del Elíseo, firmado en 1963 con Alemania, y el del Quirinal, sellado con Italia en noviembre de 2021.
España, de su lado, solo tiene uno similar, con Portugal.
Este tratado "histórico", que prevé un refuerzo de las relaciones bilaterales sobre cuestiones migratorias, de defensa, energía o juventud, "no solamente está reforzando ambos países, está reforzando nuestro proyecto común que es Europa", subrayó Pedro Sánchez.
Un ámbito, el europeo, en el que ambos países ya comparten "una gran proximidad de visiones", celebró de su lado Emmanuel Macron.
Con este nuevo tratado de amistad con un vecino del sur de Europa, París pretende profundizar sus relaciones con otros vecinos más allá de Alemania, en momentos en que el eje franco-alemán de la UE muestra flaquezas.
- Protestas independentistas -
La firma del tratado franco-español se produjo tres meses después de que los vecinos superaran uno de sus principales desacuerdos al decidir, junto a Portugal, sustituir el proyecto de gasoducto "Midcat" -al que se oponía París- por un conducto de hidrógeno "verde" entre Barcelona y Marsella, bautizado "H2Med".
La elección de la capital catalana como sede de la cumbre pretendía destacar la importancia de este proyecto estratégico, además de subrayar la distensión del clima social y político en esta dinámica región del noreste de España, escenario de una tentativa de secesión en 2017.
Los independentistas catalanes, sin embargo, no lo vieron así y miles de ellos se manifestaron contra la cumbre en Barcelona, muy cerca de donde se celebraba, con consignas como "¡ni Francia, ni España, países catalanes!".
"El gobierno español quería presumir de que nos tenían rendidos y de que ya habíamos renunciado a la independencia", pero la manifestación intenta "que se den cuenta de que no hemos renunciado a nada", explicó a la AFP David García, un economista de 52 años.
Durante el encuentro, Madrid insistió también en la necesidad de reabrir los ocho puestos de la frontera franco-española cerrados debido a la lucha de París contra el terrorismo y la inmigración ilegal.
Pero el tema no se abordó directamente durante la cumbre, donde solo se llegó a un acuerdo para crear un grupo de trabajo común.
T.Gruber--MP