Familias piden justicia en el décimo aniversario del incendio mortal en una discoteca de Brasil
Soltando globos blancos en homenaje a las 242 personas que murieron en el incendio de la discoteca Kiss, familiares y amigos de las víctimas clamaron justicia este viernes, cuando se cumplen diez años de una tragedia que aún enluta a Brasil.
"Creemos que la justicia es didáctica y ejemplar, sin ella no se aprende y no se da ejemplo de sanción. (La necesitamos) para que nunca más se repita esta tragedia horrible", dijo a la AFP Fátima de Oliveira Carvalho, de 69 años y en cuya camisa blanca estaba estampada la fotografía de su hijo.
Rafael Paulo Nunes de Carvalho, quien hoy tendría 42 años, fue uno de los fallecidos tras el incendio desatado la madrugada del 27 de enero de 2013 en el local Kiss, ubicado en la ciudad de Santa María, en el estado de Rio Grande del Sur.
El siniestro se originó cuando un integrante del grupo "Gurizada Fandangueira" encendió un artefacto de pirotecnia que prendió fuego al revestimiento y convirtió al lugar en una trampa mortal para un millar de jóvenes que asistían a la fiesta universitaria.
La investigación oficial encontró que muchos murieron asfixiados por la nube tóxica despedida por el material inflamable en el techo del lugar, sin extintores que funcionaran, con solo dos puertas frontales para evacuar a una multitud y deficiencias en la señalización.
"Esta no es sólo una tragedia de Santa María, es de Brasil y del mundo entero, porque puede suceder en cualquier lugar, en cualquier momento. La falta de castigo puede desencadenar otras tragedias de ese tipo", afirmó Oliveira Carvalho.
El décimo aniversario del incendio se cumple cinco meses después de que la justicia liberara y anulara las condenas contra los cuatro únicos sentenciados -dos miembros de la banda musical y dos empresarios-.
En agosto pasado, un tribunal de Rio Grande del Sur invalidó el jurado popular que los condenó, fundamentando su decisión en fallos en aspectos técnicos del juicio, aunque está prevista la formación de una nueva junta.
Fue "una de las noches más tristes de nuestra historia, que dejó marcas irreparables y una ciudad que hasta hoy pide justicia. Mi solidaridad a los familiares y amigos de las víctimas", escribió el presidente Luiz Inácio Lula da Silva en Twitter.
Los familiares y amigos de las víctimas recordaron a sus seres queridos desde la noche del jueves, con decenas de personas caminando hasta el lugar donde se encontraba la discoteca.
"A veces me pregunto si es doloroso, y sí, lo es, pero tenemos que venir a organizar esta lucha. Eso no es venganza, es justicia", dijo este viernes Elizete Nunes Andreatta, una profesora de 59 años.
Su hijo Ariel Nunes Andreatta, quien hoy tendría 28 años, murió en el incendio, que además dejó centenares de heridos.
S.Kraus--MP