El Reino Unido se enfrenta a su mayor jornada de huelga en once años
Escuelas cerradas, trenes paralizados, funcionarios ausentes en múltiples ministerios. El Reino Unido vive el miércoles su mayor jornada de huelga en once años con paros en numerosos sectores, unidos por la reivindicación de mejores salarios frente a una inflación del 10,5%.
Unas 20.000 escuelas en Inglaterra y Gales se verán afectadas por el primero de siete días de huelgas convocados para febrero y marzo por profesores de educación primaria y secundaria, que se suman así a las protestas iniciadas hace meses en muchos otros sectores.
Su paro coincide con uno de los múltiples aprobados por los maquinistas de una docena de compañías ferroviarias y con el personal de 150 universidades.
También con la acción de unos 100.000 funcionarios de ministerios, puertos, aeropuertos e incluso centros de exámenes para el permiso de conducir. En total, hasta 500.000 personas en huelga.
"No quiero ver a los trabajadores del sector público en huelga por el impacto que tiene en todos los demás (...) no sólo en los niños sino en las familias, cómo van a hacer sus padres para ir a trabajar", lamentó el viceministro de Transportes, Richard Holden, en el canal Sky News.
Aunque los paros prometen el caos para muchos, la generalización del teletrabajo desde la pandemia lleva meses permitiendo a numerosos trabajadores esquivar las huelgas de ferrocarriles, que no dan tregua. Y evitar la paralización de la actividad vivida en la última huelga masiva de funcionarios en el Reino Unido, en noviembre de 2011, contra la reforma de las pensiones.
Como muchos, Katie Webb, empleada de una oenegé de 23 años, decidió trabajar desde casa tras reorganizar su agenda. "Apoyo las huelgas, los ferroviarios merecen mejores sueldos", afirma, considerando que los trastornos son menores en comparación con lo que está en juego.
Aunque cada sector tiene sus reivindicaciones específicas, todos se unen en la reclamación de aumentos salariales ante una inflación que lleva meses por encima del 10% (10,5% en diciembre) y deja a muchas familias sin más opción que los bancos de alimentos.
- Apoyo popular -
Esta profunda crisis llevó en diciembre a las enfermeras a realizar su primera huelga nacional en los más de 100 años de historia de su sindicato.
Tras una negociación infructuosa con el gobierno conservador de Rishi Sunak, convocaron dos días de paro más en enero y otros dos el 7 y 6 de febrero.
Este último día coincidirá con una acción en Inglaterra y Gales del personal de ambulancias en la que puede ser la mayor huelga en la maltrecha sanidad pública británica, aquejada por años de austeridad, desde su creación en 1948.
Pese al caos por los incesantes paros, 59% de británicos apoya la huelga de enfermeras, 43% respalda a los profesores y 36% a los ferroviarios, según un sondeo de Public First publicado por Politico.
El ejecutivo defiende por su parte la necesidad de imponer servicios mínimos en sectores claves y presentó para ello un proyecto de ley cuya aprobación avanza sin dificultades en el Parlamento.
"Debemos mantener un equilibrio razonable entre la capacidad de huelga de los trabajadores y los derechos y la seguridad de los ciudadanos", afirmó tras su aprobación el lunes en la cámara baja el ministro de Empresa, Grant Shapps.
Por su parte, Paul Nowak, secretario general de la federación de sindicatos ingleses TUC, denunció el texto como "antidemocrático, inviable y casi con toda seguridad ilegal", considerando que "probablemente envenenará las relaciones laborales y exacerbará los conflictos, en lugar de ayudar a resolverlos".
La gran jornada de protesta del miércoles llega en mal momento para Sunak, en la víspera de sus 100 días en el poder marcados por la crisis y coincidiendo con el tercer aniversario de un Brexit que solo 20% de británicos considera bien encaminado, contra el que votaría ahora un 56% (frente a 48% en el referéndum de 2016), según una encuesta de YouGov de diciembre.
Como guinda, un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) predijo el martes que el Reino Unido será el único país del G7 cuya economía se contraiga en 2023.
E.Schmitt--MP