Starmer descarta una política de austeridad en la primera jornada del congreso del Partido Laborista británico
El primer ministro laborista británico, Keir Starmer, prometió proteger los servicios públicos y descartó medidas de austeridad el domingo en declaraciones a medios británicos, coincidiendo con la primera jornada del congreso anual de su partido en Liverpool.
El congreso de cuatro días en la ciudad del noroeste de Inglaterra es el primero desde que llegaron al poder los laboristas, que ya se encuentran bajo presión y con críticas a su trabajo después de ganar las elecciones el pasado 4 de julio, poniendo fin a catorce años de gobiernos conservadores.
"Tenemos que asegurarnos de que nuestros servicios públicos funcionen correctamente", afirmó el primer ministro al periódico dominical The Observer, prometiendo también proteger a los trabajadores de las subidas de impuestos.
En otras declaraciones, al Sunday Mirror, periódico cercano a corrientes de izquierda -como The Observer-, descartó pedir esfuerzos a la población.
"No vamos por el camino de la austeridad", señaló a dicha publicación.
Sin embargo, el gobierno advirtió a la población en semanas precedentes que se prepare para hacer algunos esfuerzos de cara a las futuras restricciones presupuestarias, incluyendo la supresión de un subsidio de combustible energético de invierno para 10 millones de pensionistas.
- Sondeo crítico con Starmer -
Tras estos dos meses y medio en el poder, una encuesta realizada para The Observer, antes del congreso, mostró que los primeros pasos del primer ministro no cuentan con el respaldo popular.
Según dicho sondeo, el 50% de los encuestados desaprueba la labor realizada hasta ahora por Starmer y solo el 24% lo aplaude.
La viceprimera ministra, Angela Rayner, fue la encargada de inaugurar el congreso laborista, en el que el lema "Empieza el cambio" aparecía escrito en el escenario.
"Los laboristas ya están cumpliendo sus promesas", afirmó Rayner, aprovechando su discurso para exponer una serie de medidas previstas en materia de derechos de los trabajadores y condiciones de vivienda.
El próximo mes se presentará al Parlamento una reforma "histórica", según la número dos del gobierno, de los derechos laborales, que incluirá un aumento del salario mínimo y la prohibición de los contratos "cero horas", que permiten al empleador no verse obligado a dar al trabajador unas horas mínimas de trabajo a la semana.
Pero el gobierno laborista no está encontrando la comprensión que esperaba a sus primeras medidas y Sharon Graham, secretaria general del sindicato Unite, calificó el domingo de "cruel" la decisión de retirar el subsidio energético a los pensionistas.
"Me gustaría que se echara atrás en esta decisión", dijo Graham, en referencia a Starmer, añadiendo que ese tema debe ser "prioritario" en el congreso laborista.
La conferencia anual laborista se celebra además en plena controversia por los regalos que recibió Starmer, como entradas para conciertos o partidos de fútbol y ropa para él o su esposa, por más de 141.000 dólares desde finales de 2019.
- Decisiones "difíciles" -
Starmer, en sus declaraciones a The Observer, lanzó un mensaje positivo sobre su labor en este corto período de tiempo.
"Si miras lo que hemos hecho en 11 semanas, es mucho más de lo que probablemente hizo el último gobierno conservador en los últimos 11 años", dijo el primer ministro a la publicación.
Starmer citó en ese sentido ambiciosos objetivos de construcción de viviendas, la creación de un organismo público de inversión en energía renovable y la contratación de agentes de policía y profesores.
El jefe del ejecutivo ha multiplicado en las últimas semanas comentarios pesimistas sobre el estado del país, con un sistema sanitario en crisis y unas finanzas públicas en un estado "peor" de lo que imaginaba.
Con esta coyuntura, Starmer advirtió que el próximo presupuesto, que presentará a finales de octubre, será "doloroso".
Pese a que afirmó que no habrá subida de impuestos, Starmer reiteró al dominical que se tomaran decisiones "difíciles".
"No hay decisiones fáciles que tomar cuando hay que encontrar 22.000 millones de libras" (29.300 millones de dólares), indicó a The Observer, cuando el ejecutivo laborista culpa a los sucesivos gobiernos conservadores de un "agujero negro", que coloca en esa cifra, en las finanzas públicas.
H.Erikson--MP