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La riqueza mineral de Groenlandia, una explotación difícil de llevar a cabo
La riqueza mineral de Groenlandia, una explotación difícil de llevar a cabo / Foto: Odd ANDERSEN - AFP

La riqueza mineral de Groenlandia, una explotación difícil de llevar a cabo

Antes de fundir su primer lingote de oro, la empresa Amaroq tuvo que construir un puerto y viviendas para un centenar de personas, restaurar una carretera y transportar equipos, un rompecabezas logístico que muestra la complejidad de la explotación minera en un entorno tan hostil como Groenlandia.

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"Es evidentemente mucho más difícil que crear cualquier otro negocio en el mundo", explica a AFP Eldur Olafsson, director de la empresa minera canadiense.

Amaroq explota en el sur de Groenlandia una de las dos únicas minas actualmente en funcionamiento en el vasto territorio autónomo danés, una región llena de potencial minero difícil de explotar.

Desde Ucrania, donde el presidente estadounidense Donald Trump pretende apropiarse de parte de los recursos, hasta los fondos oceánicos que algunas compañías buscan explorar, los minerales están hoy en el centro de grandes maniobras geopolíticas e industriales.

En Groenlandia, aún prácticamente sin explotar, también se los considera como una buena baza de cara a la independencia, una aspiración compartida por la mayoría de los 57.000 habitantes de la isla.

Desde que Trump insistió en su intención de anexionar Groenlandia, el deseo de independencia resurgió con fuerza, y el calendario hacia la plena soberanía es uno de los temas clave en las elecciones legislativas del 11 de marzo.

Para muchos la explotación de los recursos minerales --posiblemente también en la mente del presidente estadounidense-- podría generar ingresos capaces de sustituir los más de 570 millones de dólares anuales que actualmente recibe Groenlandia de Dinamarca.

Gracias a las riquezas en su subsuelo, Groenlandia "podría convertirse en un actor clave" de la industria minera mundial, asegura Thomas Varming, geofísico y consultor del Servicio Geológico de Dinamarca y Groenlandia.

"Muchos de nuestros yacimientos son cruciales para la transición ecológica. Contamos con minerales utilizados en baterías --litio, grafito-- y elementos esenciales para imanes de alta potencia empleados en turbinas eólicas, automóviles eléctricos o la electrificación del transporte ferroviario", explica.

Pero la viabilidad de la industria minera dependerá en gran medida de la evolución de los precios de las materias primas, actualmente demasiado bajos para hacer rentable la actividad.

Situada en el Ártico, Groenlandia está cubierta 80% por hielo. Su clima es extremo, las infraestructuras son casi inexistentes y las restricciones ambientales son significativas.

Estos factores encarecen los costos de explotación en comparación con países como China, una potencia minera que no enfrenta los mismos problemas.

- Evitar un desastre ambiental -

"Se propusieron numerosos proyectos mineros y nada pudo concluirse. Simplemente no hay un modelo de negocio viable", afirma un economista.

La empresa Greenland Ruby, que operaba una pequeña mina de rubíes, quebró el año pasado.

"El desarrollo minero es un proceso muy lento. Se necesitan aproximadamente 16 años para que un proyecto se convierta en una mina. Durante ese tiempo se gasta mucho dinero y no se gana prácticamente nada", explica Naaja Nathanielsen, ministra groenlandesa de Recursos Minerales.

"Tenemos muchas minas en fase de desarrollo pero aún están dentro de ese período de 16 años", detalla en su oficina en Nuuk, la capital groenlandesa.

Según la ministra, ocho empresas podrían obtener un permiso de explotación para finales de año --aunque esto no implica que todas logren abrir mina-- y se concedieron alrededor de 80 licencias de exploración.

Las autoridades groenlandesas, responsables de la gestión de los recursos minerales, establecieron que no se permitirá la extracción de uranio ni de hidrocarburos. Tampoco la minería submarina.

"Dependemos en gran medida de la pesca y, como destino turístico, queremos mantener nuestra imagen de un lugar verde e inmaculado. No queremos que se vea afectada por un desastre ambiental", señala Nathanielsen.

Por ahora el peso de la industria minera en la economía groenlandesa sigue siendo insignificante, sobre todo porque los empleos suelen recaer en trabajadores extranjeros debido a la falta de mano de obra local calificada.

Aunque tanto Estados Unidos como la Unión Europea firmaron acuerdos de cooperación con Groenlandia, el prometido auge minero sigue siendo solo una posibilidad, dejando a la isla sin un pilar esencial para su autonomía económica.

"No estamos desarrollando el sector minero para independizarnos", asegura la ministra. "Lo hacemos para generar ingresos para la sociedad y el pueblo groenlandés, mejorando así su bienestar. Y, algún día, también lograremos la independencia", resalta.

T.Murphy--MP