Argelia suspende tratado de cooperación con España por cuestión del Sáhara
Argelia suspendió el miércoles un tratado de cooperación con España firmado en 2002 e impuso restricciones a las transacciones comerciales después de que Madrid se alineara con la postura de Marruecos en el Sáhara Occidental.
Argelia decidió "proceder a la suspensión inmediata del Tratado de amistad, buena vecindad y cooperación que concluyó el 8 de octubre de 2002 con el Reino de España, y que enmarcaba el desarrollo de las relaciones entre los dos países", explicó la presidencia argelina.
El tratado hispano-argelino buscaba reforzar el diálogo político entre los dos países, a todos los niveles, y el desarrollo de la cooperación en el campo económico, financiero, educativo y de defensa.
Además, un organismo bancario clave del país ordenó a sus bancos y entidades financieras "la congelación de las domiciliaciones bancarias de operaciones de comercio exterior de productos y servicios desde y hacia España a partir del jueves 9 de junio".
Aliada del movimiento independentista saharaui Frente Polisario, Argelia considera la nueva posición de Madrid como una "violación de sus obligaciones jurídicas, morales y políticas" con este territorio, colonia española hasta 1976.
"El gobierno español lamenta la decisión argelina de suspender el tratado", indicaron fuentes diplomáticas españolas, señalando que su gobierno "considera Argelia un país vecino y amigo y reitera su plena disponibilidad para seguir manteniendo y desarrollando las especiales relaciones de cooperación entre los dos países".
También aseguraron que España sigue comprometida con los principios del tratado "de igualdad soberana de los Estados, de no injerencia en los asuntos internos y del respeto del derecho inalienable de los pueblos a disponer de ellos mismos".
- "Argumentos falaces" -
El 18 de marzo, el ejecutivo del socialista Pedro Sánchez abandonó la tradicional neutralidad de España en esta cuestión y respaldó el plan de Rabat, que otorga autonomía a esta región pero la mantiene bajo soberanía marroquí.
Las autoridades argelinas lo denunciaron como una "violación de la legalidad internacional que le impone su estatuto de potencia administradora" y denunciaron que "contribuye directamente a la degradación de la situación en el Sáhara Occidental y en la región".
Casi dos meses después, el presidente del gobierno español compareció el miércoles en el Congreso para explicar su decisión y aseguró que la propuesta marroquí es "la base más seria, creíble y realista" para resolver el conflicto.
Horas más tarde, la presidencia argelina anunció la ruptura del tratado, acusando a Madrid de apoyar "la fórmula ilegal e ilegítima de la autonomía interna preconizada por la potencia ocupante" y de "promover una situación colonial usando argumentos falaces".
Desde hace décadas, Marruecos y el Frente Polisario se enfrentan por este vasto territorio desértico, rico en fosfatos y recursos pesqueros, controlado en un 80% por Rabat y considerado como "territorio no autónomo" por la ONU.
Tras el cambio de postura española, Argelia llamó a su embajador en España y la compañía nacional de hidrocarburos Sonatrach se refirió a una posible alza de los precios del gas argelino suministrado a España.
- "Arma de presión" -
El giro permitió poner fin a una larga crisis diplomática entre Madrid y Rabat, provocada por la llegada a España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, en abril de 2021 para que fuera tratado por covid-19.
Su acogida encolerizó a Marruecos que, poco después, relajó los controles de seguridad en la frontera, provocando la afluencia de más de 10.000 migrantes en 48 horas al enclave español de Ceuta.
En este sentido, el jefe del gobierno español afirmó en el Congreso que su país "no tolerará" el uso de "la inmigración clandestina como arma de presión", en una advertencia indirecta a Marruecos.
En un informe confidencial revelado par El País y consultado por la AFP, los servicios de inteligencia española afirmaron que la recepción de Ghali fue utilizada por Marruecos "como una magnífica oportunidad para obtener mayores concesiones" de España.
Y en una entrevista publicada el martes por el diario El Periódico de España, la exministra de Asuntos Exteriores Arancha González Laya acusó a Marruecos de haber realizado "escuchas" ilegales a responsables españoles.
El gobierno de izquierdas español aseguró al desvelar a principios de mayo este espionaje que se había llevado a cabo con el programa israelí Pegasus y lo describió como un "ataque externo", pero sin precisar el origen.
Varios medios españoles apuntaron a la implicación de Marruecos.
A.Schneider--MP