Fin de la huelga de transportistas en España al cabo de dos días
La organización española de transportistas que convocó la huelga indefinida que arrancó el lunes la suspendió este martes por la falta de movilización, ocho meses después de paralizar la economía española.
"Desde el mismo momento que se realizó la convocatoria de paro, dio comienzo una campaña sin descanso de acoso y derribo" para "intentar desacreditar intencionadamente todo lo posible y lo imposible las movilizaciones", se justificó la Plataforma en Defensa del Sector del Transporte de Mercancías por Carretera.
En estas condiciones "queda suspendido" el paro, prosigue el comunicado, donde se acusa de esta campaña a organizaciones patronales del sector, a "sindicatos", a "algunos medios de comunicación" y a políticos.
El gobierno, de izquierda, a través de su ministra de Transportes, Raquel Sánchez, se congratuló por la desconvocatoria: "agradezco la responsabilidad al conjunto de un sector fundamental para nuestra economía. Tenemos que remar juntos para superar las dificultades", escribió en Twitter.
En el primer día de huelga, el lunes, sólo unos 1.000 manifestantes se reunieron en las calles de Madrid convocados por la Plataforma, una organización minoritaria que reúne a pequeños empresarios y transportistas independientes.
Tampoco se registró ninguna incidencia, y algunas protestas fueron anuladas.
Esta organización era la única que secundaba la huelga, que pretendía denunciar la falta de respuesta del gobierno al alza de los precios, seis meses después de la adopción de una ley para que los transportistas no trabajaran a pérdidas.
Este nuevo paro, al que no quiso sumarse el Comité Nacional de Transporte por Carretera (CNTC), que aglutina a las principales organizaciones profesionales del sector, fue criticado por las principales patronales (CEOE y Cepyme), que pidieron a la Plataforma que no repitiera los "actos violentos" y "bloqueos" de la huelga de marzo.
Aquella huelga duró 20 días y afectó a la cadena de suministro, obligando a algunas empresas a detener su producción.
El gobierno respondió entonces con el anuncio de una serie de ayudas por valor de 1.000 millones de euros (1.039 millones de dólares), que incluían subvenciones a la compra de carburantes y facilidades para que los transportistas pagasen sus créditos.
W.F.Walter--MP