La educación publica de Líbano, en peligro
Cada vez que su hija le pregunta cuándo volverá a la escuela, Rana Hariri permanece en silencio. En un Líbano sumido en el colapso económico, la educación pública está paralizada por falta de fondos y repetidas huelgas.
"Aya está cansada de quedarse en casa. Me pregunta constantemente cuándo volverá a la escuela, pero no sé qué responderle", explica esta ama de casa de 51 años.
Desde el inicio de la crisis económica en el otoño de 2019, la libra libanesa perdió 98% de su valor, hundiendo los salarios de los docentes del sector público, que multiplican los paros.
"Mis hijos se quedaron en casa tres meses durante el último año lectivo", cuenta Hariri, madre de cuatro hijos. La mayor, Menna, de 14 años, sueña con ser médica.
"No sé cuál será su futuro. Desde hace cuatro años los profesores no reciben lo que piden y nuestros hijos no terminan el programa escolar", lamenta.
Hariri participó recientemente en una manifestación ante el Parlamento para apoyar las demandas de los docentes, cuyos salarios oscilan entre 150 y 300 dólares.
Sus dos hijos varones aprovechan el tiempo que les dejan las huelgas para ayudar a su padre fontanero, que ya no tiene los medios para contratar empleados.
Entre la pandemia de covid-19, la explosión en el puerto de Beirut en 2020, la crisis económica y las huelgas de los maestros "la educación de los niños en Líbano se ve gravemente perturbada", detalla el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Según un informe de esta entidad publicado en junio, "15% de los hogares dejaron de educar a sus hijos" y "más de una familia de cada diez se ve obligada a enviar a sus hijos a trabajar para hacer frente a la crisis" en este país de Medio Oriente.
- Fondos para inciar el año escolar -
La deserción escolar "expone a los niños a la violencia, a la pobreza" y aumenta los riesgos de matrimonio precoz de las niñas, advierte Atif Rafique, responsable de educación de Unicef en Líbano.
Para garantizar la educación de más de 260.000 alumnos libaneses y unos 152.000 refugiados sirios, las autoridades contaron en los últimos años con los donantes internacionales, en particular el Banco Mundial y la ONU.
Pero estos ya no pueden compensar la disminución de los salarios de los profesores, señaló recientemente el ministro de Educación, Abbas Halabi.
"No exagero si digo que la educación pública está en peligro", afirmó en septiembre.
"La prioridad para nosotros es garantizar los fondos necesarios para iniciar el año escolar", añadió.
Según Human Rights Watch (HRW), el número de días lectivos pasó de 180 a sólo 60 en los últimos dos años. Esto "aceleró el declive del aprendizaje desde 2019" y "la mayoría de los estudiantes tienen uno o dos años completos de retraso en su nivel escolar".
"Si tenemos un quinto año perdido o interrumpido, será catastrófico", apuntó Ramzi Kaiss, investigador de esa oenegé.
"La crisis de la educación afecta en particular a los niños más marginados, que dependen de la educación pública", subraya Rafique.
Desde el comienzo de la crisis, las filas de los alumnos del sector público no dejan de aumentar, ya que los padres carecen de medios para pagar escuelas privadas.
Farah Kubar, una madre de 35 años que perdió su empleo, tuvo que pasar a sus tres hijos del sector privado al público.
"Temo que no aprendan nada y la educación es lo más importante. Todo lo que quiero es cumplir los sueños de mis hijos, pero cada año es más difícil que el anterior", subraya.
A.Gmeiner--MP