Münchener Post - De una isla escocesa al hielo olímpico de Pekín, la odisea de las piedras de curling

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De una isla escocesa al hielo olímpico de Pekín, la odisea de las piedras de curling
De una isla escocesa al hielo olímpico de Pekín, la odisea de las piedras de curling

De una isla escocesa al hielo olímpico de Pekín, la odisea de las piedras de curling

En una isla escocesa lejos de todo, colonias de pequeños pingüinos vigilan las canteras de granito. Con esta roca son fabricadas las piedras de curling que serán utilizadas en los Juegos Olímpicos de 2022 de Pekín (4-20 de febrero).

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Situada a mitad de camino entre Glasgow, en Escocia, y Belfast, en Irlanda del Norte, Ailsa Craig servía de refugio a los católicos que huían de las persecuciones de los protestantes en la Reforma en Escocia en el siglo XVI.

En la actualidad deshabitada, esta isla de un kilómetro cuadrado constituye una reserva natural a la que acuden aves y focas.

Ailsa Craig está también en el corazón de la galaxia curling, este deporte en que los jugadores hacen deslizar en una pista de hielo piedras de granito, con la ayuda de dos compañeros que calientan el hielo con sus escobas, para acercarla lo más posible a una diana que está en el suelo.

Es aquí donde la empresa Kays Curling, que fabrica piedras de curling desde 1851 y las suministra a todos los organizadores de Juegos de invierno desde la primera edición en 1924, saca la roca, ya que tiene el derecho de explotación exclusiva.

"Hace probablemente casi 200 años que Ailsa Craig es una fuente única de granito destinada a las piedras de curling", explica a la AFP Jim Wylie, de 72 años, propietario jubilado de Kays Curling.

- Cinco horas de trabajo -

En la fábrica de Mauchline, cerca de Ayr (sudoeste de Escocia), levanta con precaución y acaricia una piedra, mientras que detrás de él se oye el ruido de las máquinas que trabajan sobre la roca.

Hacen falta cinco horas de trabajo para producir cada piedra, que pesa 19,96 kilos, con un diámetro de 28 centímetros.

"No hemos encontrado nunca hasta ahora ningún otro tipo de granito en el mundo que convenga para hacer una piedra de curling", añade. "Ha habido ensayos con una o dos otras fuentes con más o menos éxito, pero ninguna de ellas era tan buena como la piedra de Ailsa Craig".

En las canteras de esta isla volcánica se encuentran dos tipos raros de granito, perfectos para este deporte, que habría sido practicado por primera vez en los lagos helados de Escocia hace unos 500 años.

El Blue Hone, granito azul no poroso formado por erupciones volcánicas hace 60 millones de años, cuenta con propiedades que impiden al agua congelada erosionar la piedra.

- De Canadá a Nigeria -

El Common Green, granito verde, resiste particularmente los choques.

Estos dos granitos, azul y verde, son ensamblados según una técnica llamada 'Ailserts'.

La parte baja de la piedra de granito azul que está en contacto con el hielo debe ser extremadamente dura, ya que el hielo puede ser muy abrasivo", explica Wylie.

El menor pequeño obstáculo o bulto puede modificar la trayectoria de la piedra y hacer la diferencia entre una medalla de oro y una amarga decepción.

Las piedras producidas por Kays curling son exportadas a 70 países. La petición de piedras está en alza, según el director general de la empresa, Jim English, que cita entre sus mercados a Canadá, Estados Unidos, Suiza, o Austria.

"Pero vendemos también a Sudamérica, Corea del Sur, Afganistán y Nigeria", asegura.

En un patio situado en el exterior de la fábrica, Wylie inspecciona una fila de piedras de curling desechadas, que serán recicladas.

Como en cada edición, seguirá de cerca los Juegos de 2022, que comienzan el miércoles para el curling con el torneo de dobles mixtos y un partido que enfrenta a Gran Bretaña contra Suecia.

"Estoy convencido de que el curling ganará en popularidad tras los Juegos de Pekín", afirma, prediciendo una "demanda elevada en los meses siguientes".

I.Frank--MP