Münchener Post - Bielorrusos y ucranianos se observan con recelo en una frontera estrechamente vigilada

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Bielorrusos y ucranianos se observan con recelo en una frontera estrechamente vigilada
Bielorrusos y ucranianos se observan con recelo en una frontera estrechamente vigilada / Foto: Natalia Kolesnikova - AFP

Bielorrusos y ucranianos se observan con recelo en una frontera estrechamente vigilada

Guardias armados junto a una bandera de Bielorrusia escrutan detrás de neumáticos y alambres de púa cualquier movimiento del otro lado de la tierra nadie que los separa de Ucrania, en una frontera de crecientes tensiones.

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Desde el lanzamiento de la ofensiva rusa contra Ucrania el año pasado, la actitud de Bielorrusia -aliado cercano de Moscú- es vigilada de cerca por Kiev y sus socios occidentales, que temen una entrada de Minsk en el conflicto.

Bielorrusia también acoge a un número desconocido de soldados rusos en su territorio, lo que mantiene la presión sobre el ejército ucraniano.

El año pasado, tanques rusos entraron en Ucrania desde Bielorrusia para atacar Kiev. Si bien esta antigua república soviética sirve de base de retaguardia al ejército ruso, hasta ahora se ha abstenido de enviar soldados a Ucrania.

Pero la desconfianza reina y ambos bandos se observan minuciosamente, a fin de detectar el menor signo de hostilidad.

En el puesto fronterizo de Dzivin, en el lado bielorruso, los guardias acusan a los de enfrente de "provocaciones".

"Hay intentos de arrastrar a Bielorrusia al conflicto", asegura el portavoz de los guardias fronterizos, Anton Bishkovski. Según él, los bielorrusos hacen "todo lo posible para no verse inmiscuidos en un incidente fronterizo", y la situación permanece "bajo control, pero tensa".

AFP pudo visitar el lugar junto con otros medios de comunicación durante una gira de prensa organizada por las autoridades a un sector en el cual los periodistas extranjeros sólo son admitidos en raras ocasiones.

El paso fronterizo más cercano está a unos 100 metros. A lo lejos, la bandera azul y amarilla de Ucrania flota con el viento.

En señal de desafío, los ucranianos también izaron la bandera blanca, roja y blanca de la oposición bielorrusa, duramente reprimida en los últimos años por el régimen del presidente Alexander Lukashenko.

- Tensiones evidentes -

Antes de la ofensiva rusa, alrededor de 500 vehículos pasaban diariamente por este puesto fronterizo.

En la actualidad, el lugar está desierto, ya que este punto de cruce lleva cerrado un año, como el resto de la frontera entre los dos países.

Esta región rural del sudoeste de Bielorrusia está alejada de los combates en el este de Ucrania pero las tensiones son evidentes. Aguas arriba de la aldea de Dzivin, las autoridades instalaron incluso un puesto de control. No se puede acceder sin un pase oficial.

Dos guardias con pasamontañas patrullan la carretera fangosa a lo largo de la valla de alambre de púas, uno equipado con un arma apuntando el suelo, el otro acompañado por un perro.

Interrogado sobre lo que representaba el 24 de febrero de 2022 -fecha de la entrada de las tropas rusas en Ucrania en parte desde Bielorrusia-, Anton Bishkovski responde: "al igual que la comunidad internacional, ese día nos dimos cuenta que los dirigentes políticos debían sentarse a la mesa y negociar".

Esta perspectiva parece muy lejana hoy. Por un lado, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski jura derrotar al ejército ruso, juzgando imposible negociar con Moscú mientras Vladimir Putin esté en el Kremlin.

Por la otra, el dirigente ruso se impuso la misión de "desnazificar" y "desmilitarizar" a Ucrania, acusándola de perpetrar un pretendido "genocidio" contra los rusófonos.

Como signo de la importancia de Bielorrusia en su estrategia militar para su ofensiva en Ucrania, Putin -poco visible en público desde hace un año- realizó en diciembre un raro desplazamiento a Minsk.

Una manera de recordar al presidente Lukashenko que seguía dependiendo en gran medida del apoyo político y económico del Kremlin y le debía lealtad.

J.P.Hofmann--MP