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La desolación de una aldea fantasma tras un ataque de rebeldes en RD Congo
La desolación de una aldea fantasma tras un ataque de rebeldes en RD Congo / Foto: Joel Bibuya - AFP

La desolación de una aldea fantasma tras un ataque de rebeldes en RD Congo

Por la aldea de Mukondi, en el este de la República Democrática del Congo, apenas deambulan unos cuanto supervivientes tras la masacre que dejó más de 40 muertos a mediados de esta semana, supuestamente perpetrada por rebeldes de las ADF, afiliados al grupo Estado Islámico.

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"A mi cuñada y a mi sobrino los mataron con un machete delante de mí", cuenta con tristeza Kavugho Tsongo, una agricultora de 40 años, que salió viva de la masacre, aunque con varios cortes y un brazo roto.

"Vinieron como visitantes... les dimos incluso la bienvenida", dice, explicando la llegada de los atacantes a Mukondi. Pero, después de eso, "recorrieron la aldea durante toda la noche", quemando casas y matando a gente, sin piedad.

"Utilizaron armas blancas, machetes, hachas, no hubo tiros", precisa el jefe de la aldea, Deogratias Kasereka.

Un equipo de la AFP visitó Mukondi después de la matanza, ocurrida en la madrugada del jueves. Se trata de una gran aldea del territorio de Beni, en la parte septentrional de la provincia de Kivu Norte, cuyo jefe ni siquiera sabe cuántos habitantes vivían en la población.

Lo que sí que sabe es que "hubo 31 muertos" y que otras personas también fueron asesinadas en la aldea de Mausa, a 2 km de allí.

En total, según fuentes administrativas y de la sociedad civil, más de 40 personas fueron abatidas en las dos aldeas, en un asalto imputado a los rebeldes de las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), afiliadas al grupo EI.

Las ADF, compuestas en un principio por rebeldes ugandeses mayoritariamente musulmanas, se fueron asentando desde mediados de los años 1990 en el este de la República Democrática del Congo, donde se les acusa de haber matado a miles de civiles.

Ahora, tras su paso, Mukondi es una aldea fantasma, pues casi todo el mundo ha huido.

- Casas en llamas -

Kavugho solo sabe que los atacantes hablaban suajili, una lengua que se habla en África del este y en el este de RD Congo. También, que "llevaban ropa parecida a la de los militares".

Kambale Kiveyku, de 58 años, también escuchó a los asaltantes hablando suajili, pero también otra lengua que ni entendió ni pudo identificar.

El hombre, que se dedica a la agricultura, regresaba de la huerta cuando, al llegar a Mukondi, vio varias casas ardiendo. Cerca de allí había un grupo de hombres y les preguntó qué ocurría.

"Sin saberlo, acababa de hablar con los rebeldes. Me dijeron que me echara al suelo y me apuntaron con un arma", declaró Kambale. Luego, le golpearon con una rama y hoy todavía no logra entender "gracias a qué magia" pudo escapar para contarlo.

"Perdí a un familiar y mi casa fue incendiada", señala por su parte Moise Kambale Kirimbi, un agricultor de 38 años. "No sé adónde ir", agrega.

Lamentando la ausencia de militares en el sector, donde los "mai-mai", unos grupos armados -en general comunitarios- aseguran velar por la seguridad de la zona. Algo insuficiente para Moise, que pide que el gobierno "venga y persiga a los rebeldes".

Al parecer, los atacantes llegaron desde el cercano parque nacional de Virunga, adonde habrían regresado tras la matanza. "Hay que impedir que vuelvan", exige.

Cerca del edificio administrativo del municipio, varios hombres afirman que hay una fosa común con seis cuerpos y que el asalto habría dejado 16 inmuebles incendiados, incluido el centro de salud.

En el hospital general de Kalunguta, a 7 km de Mukondi, la mayoría de los heridos que ingresaron tras el ataque tienen heridas en la cabeza.

El médico jefe, Justin Muyisa, afirma que en el establecimiento ingresaron 17 personas (once niños, cuatro mujeres y dos hombres). Algunas estaban graves.

"No tenemos ninguna ayuda y necesitamos medicamentos urgentemente", advierte el médico, que espera no tener que atender a más heridos.

A.Gmeiner--MP