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"Be water", la imprevisible táctica de los manifestantes en París
"Be water", la imprevisible táctica de los manifestantes en París / Foto: Christophe Archambault - AFP

"Be water", la imprevisible táctica de los manifestantes en París

Las mociones de censura acaban de fracasar, dando lugar a la adopción definitiva de la impopular reforma de las pensiones, cuando grupos de jóvenes recorren París incendiando contenedores de basura a su paso con una táctica clara: ser fluídos e imprevisibles.

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El lunes por la noche, los manifestantes, en su mayoría, no buscan el choque con la policía, sino sembrar las calles de obstáculos, ya sean bicicletas, basura o palés de basura incendiados, para dificultar el avance motorizado de las fuerzas de seguridad.

"Somos 'be water' como en Hong Kong... Bueno, o al menos lo intentamos", explica Romain (pseudónimo) en un callejón del barrio céntrico de Les Halles, con la policía detrás. "Debemos renovar nuestras acciones para mantener la presión", precisa el estudiante.

La fórmula "be water" (sé como el agua, en inglés) es una referencia al héroe del cine hongkonés Bruce Lee, que los manifestantes adoptaron en 2019 durante una ola de protestas en la excolonia británica contra un proyecto de ley de extradición a China, que fue retirado.

Los manifestantes aseguran inspirarse de ese movimiento para llevar a cabo sus acciones, después que semanas de masivas y pacíficas manifestaciones a llamado de los sindicatos no lograran que el presidente liberal Emmanuel Macron retirara su polémica reforma.

Los participantes en la protesta progresan rápidamente, en ocasiones por pequeños grupos de decenas o en bloque, en una nueva acción no declarada a las autoridades. El ministerio del Interior contabilizó 1.200 desde el jueves.

Pero la muchedumbre avanza "como el agua": Cuando se acercan las fuerzas de seguridad, se descompone en varios grupos más pequeños que bajan al ritmo una vez fuera del alcance de las porras, antes de recomponerse en bloque algunas manzanas más lejos.

El prefecto de policía de París, Laurent Nuñez, estimó el martes que eran "unos 2.000" distribuidos en "grupos pequeños y dispersos" que nunca superaron las "200 o 300 personas".

- "¿Dónde vamos ahora?" -

"¿Dónde vamos ahora?", se escucha en varias ocasiones entre dos cargas de policía, acompañadas de gases lacrimógenos, confirmando la ausencia de un objetivo concreto. "Solo queremos demostrar que estamos aquí", dice Romain.

Pero, más allá de las fuerzas de seguridad, enfrentan otro escollo: "La arquitectura de París no favorece la insurrección, está diseñada para ello", señala Flora (pseudónimo), en referencia a las amplias avenidas ideadas por el barón Haussmann a mediados del siglo XIX.

Los manifestantes buscan así alternativas a la amplia plaza de la Concordia de París, donde el jueves por la noche se detuvo a 292 personas en la primera jornada de protestas espontáneas, para continuar su lucha.

Otras ideas circulan en las redes para intentar importar a esta democracia liberal las tácticas de la excolonia británica que pasó a manos del régimen comunista chino. Hong Kong "es casi la guerrilla urbana. Si las tácticas llegan aquí, ¡será una locura!", escribe un tuitero.

Las protestas en Hong Kong intentaron paralizar el barrio de negocios, crucial para Pekín. La idea de "atacarse al bolsillo" del gobierno también se instala en las manifestaciones en Francia, bloqueando fábricas, transporte o carreteras.

"En Hong Kong estaban superbien organizados (...) Había manifestantes que escondían ropa en las calles para quienes estaban en primera línea. Aún no hemos llegado a ese punto, pero intentamos diversificarnos, con la esperanza de que esto cuaje", resume Romain.

E.Schmitt--MP