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En Irlanda del Norte, las familias de las víctimas siguen esperando justicia
En Irlanda del Norte, las familias de las víctimas siguen esperando justicia / Foto: Paul Faith - AFP

En Irlanda del Norte, las familias de las víctimas siguen esperando justicia

Desde un mural en Belfast, el rostro de la norirlandesa Julie Livingstone sonríe cerca del lugar donde murió con 14 años por un bala de plástico disparada por el ejército británico en 1981. Como muchas otras, su familia sigue pidiendo justicia.

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Sus hermanas Elizabeth, de 71 años, y Bernadette, de 58, pasan a menudo frente a la colorida pintura, en el oeste de la ciudad.

Bernadette afirma que el mural, situado a pocos pasos de su casa, le hace sentir que Julie "sigue cerca".

Más de 3.500 personas murieron durante tres décadas de conflicto intercomunitario en Irlanda del Norte.

Unas 1.200 de esas muertes siguen siendo investigadas, según el gobierno británico. Cientos de casos sin resolver están bloqueados en un sistema judicial que acumula largos retrasos.

A medida que se acerca el 25 aniversario del Acuerdo de Paz de 1998 que puso fin al conflicto, familias como los Livingstone siguen preguntándose si alguien responderá por la muerte de sus seres queridos.

"Seguimos con ese nubarrón sobre nuestras cabezas. No hemos hecho lo que teníamos que hacer por Julie", afirma Elizabeth.

Después de tres investigaciones, los Livignstone pudieron demostrar que, como siempre defendieron, Julie no participaba en una revuelta cuando resultó mortalmente herida al volver a casa con una amiga.

- Documentos sellados -

Pero fueron informados en 2019 de que los documentos del gobierno relacionados con la muerte de Julie permanecerán sellados hasta 2064, una noticia "absolutamente devastadora" para Elizabeth.

"No queremos que esto se transmita a otra generación. No queremos darles (a nuestros hijos) la carga de intentar conseguir algún tipo de justicia y verdad sobre su muerte", afirma.

La familia también hacen campaña para que se prohíban las balas de plástico y las pelotas de goma, que mataron a 16 personas en Irlanda del Norte durante el conflicto.

El hermano de Christine Duffy, Seamus Duffy, murió con 15 años por una bala de plástico disparada por la policía norirlandesa en 1989.

Fue la última persona de la región en morir tras ser alcanzada por este tipo de proyectiles.

Christine, de 54 años, afirma que le ha resultado difícil superar el conflicto, porque su familia espera una nueva investigación sobre la muerte de Seamus.

"Saben quién mató a mi hermano", asegura, y "quiero que alguien rinda cuentas por el asesinato".

El año pasado, el gobierno británico presentó un proyecto de ley para conceder la amnistía y retirar los cargos derivados del conflicto norirlandés a quienes cooperen con una comisión de la verdad.

Este proyecto es muy impopular entre los familiares de las víctimas, ya que impediría iniciar futuros procedimientos civiles o investigaciones sobre la muerte de sus seres queridos. Cuenta con la oposición de todos los partidos de Irlanda del Norte y del gobierno irlandés.

- Añadir insulto a injuria -

Para Duffy, la propuesta "añade un insulto a la herida".

Preguntado por AFP, el gobierno británico se declaró "decidido a lograr mejores resultados para los afectados por el conflicto, permitiendo al mismo tiempo que la sociedad avance" y afirmó que "colaborará constructivamente con todas las partes interesadas" a medida que la ley avance en el Parlamento.

En noviembre de 2022, el exmilitar británico David Holden se convirtió en el primer soldado condenado tras la firma del acuerdo de paz por una muerte ocurrida durante el conflicto.

Recibió una condena en suspenso de tres años por homicidio involuntario por disparar a Aidan McAnespie, de 23 años.

Paul Young, portavoz del Movimiento de Veteranos de Irlanda del Norte, calificó la condena de "extremadamente dura".

Haciendo un paralelismo entre las penas conmutadas a exparamilitares en el marco del acuerdo de Viernes Santo de 1998, Young denuncia "claramente una disparidad".

Tony Harrison, originario de Londres, era soldado británico en activo cuando fue abatido por dos pistoleros del grupo armado IRA mientras miraba la televisión en casa de su novia en 1991.

Para su hermano Andy, la legislación propuesta por el gobierno significa que "a cientos de familias se les niegue el acceso a la verdad y sus derechos humanos fundamentales básicos".

Considera que su hermano, que tenía 21 años cuando fue asesinado, "merece ser honrado mejor".

"Mi hermano lleva 32 años yaciendo en un frío rincón de un cementerio del este de Londres sin respuestas sobre cómo acabó en ese lugar, lo que no es aceptable bajo ningún concepto", afirma.

P.Mueller--MP