Münchener Post - El Centro Sájarov de Rusia lucha por su sobrevivencia

München - 14°C

EN LAS NOTICIAS

El Centro Sájarov de Rusia lucha por su sobrevivencia
El Centro Sájarov de Rusia lucha por su sobrevivencia / Foto: Kirill Kudryavtsev - AFP

El Centro Sájarov de Rusia lucha por su sobrevivencia

El Centro Sájarov, organización emblemática de la defensa de los derechos humanos en la Rusia postsoviética, obligado a desalojar la mansión moscovita que ocupa desde hace 27 años, inicia una larga lucha por su sobrevivencia.

Tamaño del texto:

Las autoridades rusas exigieron que el centro deje el lugar a finales de abril y se lleve todas sus pertenencias, incluida la exposición sobre los crímenes de la era soviética.

"No asistimos a menudo a la muerte de un museo", dice amargamente Valentin, uno de sus últimos visitantes, que prefiere esconder su apellido. "Si se recrea algún día, será necesariamente en una época distinta", agrega.

El centro, situado cerca de una plaza donde se encuentra una parte del muro de Berlín, se abrió en 1996 para perpetuar el pensamiento del gran físico, disidente y defensor de los derechos humanos, Andréi Sájarov (1921-1989).

Pero la ofensiva contra Ucrania va acompañada dentro de Rusia por una aceleración de la represión contra las últimas voces de disidencia. Y el Centro Sájarov no es una excepción.

Calificado en 2014 como "agente del extranjero", una definición deshonrosa, el museo debe dejar su sede por un endurecimiento reciente de la ley, que prohíbe a los "agentes del extranjero" obtener ayudas públicas.

Y desde su creación, esta institución usaba gratuitamente estos locales gracias a una cesión de la municipalidad de Moscú.

Durante casi tres décadas, acogió cientos de debates y eventos culturales. Allí miles de personas se reunieron en 2015 ante el féretro del opositor asesinado Boris Nemtsov.

- "Genio y héroe" -

La AFP asistió a las últimas etapas de su desmantelamiento. Sus empleados tuvieron que empaquetar decenas de artículos que componían la exposición permanente de la represión soviética, que se mostraba en el edificio principal del Centro.

Otra sala adyacente acogió hasta el domingo una exposición temporal que recorre la vida de la segunda esposa de Sájarov, la militante Elena Bonner.

Svetlana Gabdulina, una profesora de inglés no puede contener las lágrimas mientras visita la muestra.

"Es muy importante saber que hay gente que quiere vivir en un mundo normal donde hay derechos, donde nos defendemos", dice.

"Los rusos pueden ser inteligentes, civilizados y aportar algo importante a este mundo", afirma con los ojos azules humedecidos.

Alexéi Frolov, de 19 años, descubrió la figura de Sájarov gracias a su familia y a la facultad de física donde estudia. Para él, es "un héroe y un genio", un hombre que "fue hasta el final fiel a sus principios".

Considerado como uno de los padres de la bomba de hidrógeno soviética, Sájarov luchó después por los derechos humanos en la URSS y para advertir de los peligros de la carrera armamentística.

Distinguido con el premio Nobel de la Paz en 1975, todavía tiene calles y monumentos en su honor en Rusia.

- Peligro de disolución -

Las posesiones del Centro se trasladarán a un depósito y estarán disponibles para los investigadores a la espera de la apertura, en un futuro impredecible, de una nueva sede.

Su director Serguéi Lukashevski, exiliado en Alemania, señala que sus equipos tomaron imágenes del museo antes de su desmantelamiento para crear, a lo mejor, una versión virtual.

Lukashevski considera que actualmente es "imposible" que en Rusia haya un museo físico sobre los crímenes soviéticos. "Esto nos expondría muy rápido a golpes", dice a la AFP.

Todo nuevo proyecto está en el aire por la falta de medios financieros debido a una elevada multa a pagar por "violar" su estatuto de "agente del extranjero" y también por un proceso lanzado por el ministerio de Justicia que puede terminar con su "disolución".

Incluso en este último caso, la oenegé se va a reconstituir bajo la forma de un "colectivo", dice Lukashevski.

El domingo por la noche, un centenar de personas se reunieron para el cierre de la exposición temporal, el último acto público antes del desahucio.

"El lugar desaparece, la gente queda", dice Yan Rachinski, uno de los dirigentes de Memorial, pilar de la lucha por los derechos humanos disuelta a finales de 2021 tras ganar el Nobel de la Paz.

"No se puede matar la comunicación humana", dijo la opositora Yulia Galiamina.

Emocionada, la poetisa Elena Sannikova recita algunos versos: "Los tiranos combaten la verdad, pero su poder no es nada contra ella. David gana contra Goliat, la noche termina siempre con el alba".

W.F.Walter--MP