Münchener Post - Cooperantes en Sudán, bajo el fuego cruzado de dos generales en guerra

München - 10°C

EN LAS NOTICIAS

Cooperantes en Sudán, bajo el fuego cruzado de dos generales en guerra
Cooperantes en Sudán, bajo el fuego cruzado de dos generales en guerra / Foto: Giuseppe Cacace - AFP

Cooperantes en Sudán, bajo el fuego cruzado de dos generales en guerra

Para los cooperantes en Sudán, dispuestos a hacer lo máximo para ayudar a la población atrapada en la guerra entre dos generales que se disputan el poder, trabajar se ha vuelto demasiado peligroso.

Tamaño del texto:

El caos reina en este país africano desde el 15 de abril, cuando empezaron los enfrentamientos entre el ejército y los paramilitares: los beligerantes disparan, bombardean o bloquean las carreteras, los prisioneros escapan, las bandas prosperan y la policía sólo logra desplegarse en áreas limitadas.

Al menos 700 personas murieron y más de 5.000 resultaron heridas, según datos provisionales. Varios hospitales han sido bombardeados o saqueados, otros se han convertido en cuarteles de combatientes.

Testigos afirman que todo el material humanitario ha sido "robado".

Pero "no podemos poner en peligro la vida de nuestros colegas" para comprobarlo, explica a la AFP Karl Schembri, del Consejo Noruego para Refugiados (NRC). Esta oenegé ya perdió a un voluntario, una de las "191 personas muertas en los enfrentamientos en Geneina", la capital de Darfur del Oeste, una de las regiones más pobres de Sudán.

En total, 18 trabajadores humanitarios han muerto desde el 15 de abril.

- "Preocupante" -

En Darfur, brindar ayuda humanitaria a una población que enfrenta en gran medida la desnutrición siempre ha sido un desafío en esta región fronteriza de Chad, que además fue escenario en la década de los años 2000 de una guerra que dejó 300.000 muertos y 2,5 millones de desplazados.

Los cooperantes aseguran que ahora se ha vuelto imposible. Y en Jartum es muy difícil, porque allí se están produciendo enfrentamientos entre el ejército dirigido por el general Abdel Fatah al Burhan y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FSR) del general Mohamed Hamdan Daglo, que compartían el poder desde el golpe de 2021.

"Estamos buscando la manera de trabajar en este contexto. Tenemos la esperanza de operar con equipos pequeños, internacionales y sudaneses, en alianza con organizaciones de la sociedad civil, lo antes posible", dijo a la AFP Sylvain Perron, de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Sudán.

Un equipo de cirujanos logró llegar a Puerto Sudán, en la costa este y donde no han llegado los combates, y MSF exige que pueda desplazarse con total seguridad.

"El nivel de violencia en Jartum y Darfur contra civiles y trabajadores humanitarios es preocupante", alerta Perron.

Ya antes del conflicto, un tercio de los 45 millones de sudaneses estaban al borde de la hambruna y necesitaban asistencia humanitaria. Ahora son muchos más, en un país donde falta agua, electricidad y alimentos.

El responsable de Asuntos Humanitarios de la ONU, Martin Griffiths, que viajó a Puerto Sudán, exigió "garantías" de los dos generales, para poder entregar ayuda a gran escala.

Pero incluso con las garantías al más alto nivel, muchos trabajadores humanitarios cuestionan las cadenas de mando de los dos bandos, sobre todo en Darfur, donde los enfrentamientos involucran a miembros de tribus y civiles armados.

- "Milicias fuera de control" -

En Jartum, cada barrio, a veces cada calle, parece pasar bajo el control de un bando o del otro con el paso de los días.

En este contexto, muchos heridos no pueden llegar a los hospitales, de los que sólo el 16% siguen operativos en Jartum.

La ONU estableció que "17.000 toneladas de alimentos" desaparecieron durante el saqueo de sus existencias, según Farhan Haq, portavoz adjunto del secretario general Antonio Guterres. El Programa Mundial de Alimentos (PAM) "todavía está tratando de hacer un inventario de qué queda" de las 80.000 toneladas que almacenó antes de la guerra.

En El Fasher, capital de Darfur del Norte, la ONU "estuvo en primera línea y varias de sus instalaciones se vieron afectadas", asegura Toby Harward, del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados.

En El Geneina y Nyala, capital de Darfur del Sur, sus existencias fueron "presas de saqueadores, criminales, bandidos y milicias fuera de control".

Para atender lo más urgente habría que poder enviar dinero o hacer pagos pero, en todas partes, los bancos están cerrados. "Es un gran problema logístico", señala Schembri.

El comienzo del verano marca cada año un pico de desnutrición en Sudán, seguido de meses de epidemias de paludismo, en este país duramente golpeado por el cambio climático y las sequías.

C.Maier--MP