Un empleado del Parlamento británico niega ser un "espía chino"
Un hombre sospechoso de espiar en el Parlamento británico para China negó este lunes estas acusaciones y aseguró ser "completamente inocente", en un caso que relanza las tensiones entre Londres y Pekín.
La policía del Reino Unido anunció el sábado la detención en marzo por espionaje de un hombre de entre veinte y treinta años en su domicilio en Edimburgo, Escocia.
Según el diario The Times, el hombre actuaba dentro del propio Parlamento, acercándose a los miembros del Partido Conservador en el poder.
Mantenía "vínculos estrechos" con el secretario de Estado para la Seguridad, Tom Tugendhat, y "estaba empleado como investigador" por Alicia Kearns, presidenta de la comisión parlamentaria de Asuntos Exteriores, afirmó The Times el lunes.
El hombre, sin desvelar su identidad, explicó en un comunicado publicado por sus abogados sentirse "obligado a responder a las acusaciones de los medios de comunicación de que soy un 'espía chino'".
"Es esencial que se sepa que soy completamente inocente", declaró, denunciando la "información errónea" y "extravagante" publicada.
"He pasado mi carrera intentando educar a los demás sobre el desafío y las amenazas que representa el Partido Comunista Chino", añadió.
El primer ministro británico, Rishi Sunak, se mostró preocupado el domingo por las posibles "interferencias" de Pekín.
El gobierno chino rechazó este lunes "con firmeza" las acusaciones de espionaje.
"Pedimos encarecidamente a la parte británica que deje de difundir falsas informaciones y ponga fin a sus maniobras políticas antichinas", declaró Mao Ning, vocera del ministerio de Relaciones Exteriores.
Además de este investigador en el Parlamento, la policía detuvo en marzo a otro hombre, de una treintena de años, por sospechas de infracciones contra la ley de secretos oficiales.
Ambos hombres fueron puestos en libertad a la espera de una nueva etapa en el proceso, en octubre.
Este caso pone bajo presión a Sunak para que adopte una línea más dura contra China.
Luego de la "edad de oro" impulsada por el ex primer ministro británico David Cameron en 2015, las relaciones entre el Reino Unido y China se degradaron claramente en los últimos años.
Los dos países tienen posiciones divergentes sobre la represión del movimiento prodemocracia en la excolonia británica Hong Kong, así como sobre la suerte de la minoría musulmana uigur en la región de Xinjiang y las acusaciones de violaciones de derechos humanos en Tíbet.
B.Fuchs--MP