Voluntarias rusas cosen para los soldados desplegados en el frente
En un improvisado taller cerca de Moscú, varias costureras confeccionan redes de camuflaje, calcetines y ropa interior, entre otras prendas muy solicitadas por los soldados rusos involucrados en los combates en Ucrania.
Son para "nuestros muchachos", dicen estas mujeres, muchas de ellas de avanzada edad, que dicen inspirarse de la movilización soviética durante la guerra contra la Alemania nazi, que la propaganda del Kremlin compara siempre con la operación lanzada hace un año y medio en el vecino país.
Con gafas en la punta de la nariz, cabizbaja, Raisa, de 81 años, cose cuidadosamente cintas verdes de plástico en un sótano de un inmueble habitacional de la ciudad de Zhukovski.
"Es para nuestros hombres que están allá. Tenemos miedo por ellos, por supuesto, estamos dispuestas a hacer todo para ayudarlos moral y materialmente", dice esta abuela con voz débil y triste.
Unas diez mujeres trabajan en el taller, que fabrica prioritariamente redes de camuflaje para ocultar equipos y posiciones a los drones de ataque y observación ucranianos.
Las 'babushkas' (abuela o anciana en ruso) fabrican con atención maternal calcetines, ropa interior y bolsas para artículos de higiene y comestibles.
Una de las responsables, Elena Poteriaeva, presenta una de sus últimas creaciones: una camilla de tela verde. Sus colegas, dice, rellenaron las empuñaduras.
"Así el soldado no sufrirá molestias en la mano cuando cargue al herido", dice con orgullo.
Su fábrica pertenece a una red de diez talleres en las regiones de Moscú y de Tver, que afirma producir hasta 300 redes de camuflaje mensuales, suministradas luego por voluntarios que van a Ucrania.
Ocurre a veces que los militares pasan a recuperar equipos antes de volver al frente.
Inicialmente, dice Poteriaeva, un grupo de abuelas del lugar comenzó espontáneamente el año pasado a coser calcetines para los soldados.
Luego, a medida que los combates se prolongaban, se fue organizando la producción.
La alcaldía de Zhukovski les facilitó ese sótano, donde luce una foto del presidente Vladimir Putin y afiches soviéticos.
- Enteramente autofinanciado -
Estas mujeres, resueltamente patriotas, quieren que una parte de la sociedad rusa se movilice por sus soldados, en un momento en que muchos rusos se mantienen lejos del conflicto y cuando los opositores se enfrentan a elevadas penas de cárcel.
"Apoyamos a nuestros hombres y consideramos que lo que hacen es justo", declara Elena Poteriaeva, de 50 años.
"Nos sentimos como soldadas de la retaguardia con un objetivo que cumplir. Espero verdaderamente que celebremos la victoria con nuestros guerreros", añadió esta mujer enérgica, ingeniera aeronáutica de formación.
Su compañera Natalia Chalygina, filóloga de 52 años, piensa también que hay que tener apoyos atrás para ganar.
"En tiempos de guerra están los que ayudan, los que esperan y los que perjudican. Hay que decirlo con firmeza a nuestros chicos, que aquí estamos, que los ayudamos y que los apoyamos", señala.
Las mujeres muestran a la AFP un video grabado por soldados rusos encapuchados que les dan las gracias.
El taller compra los materiales necesarios, tejidos de plástico resistente y redes de pesca, a varias empresas en Rusia, y según dicen el financiamiento es únicamente con donaciones de particulares.
Un sistema que, según Natalia Chalygina, se organiza a largo plazo.
Ella ahora está pensando en la próxima temporada, y muestra una bobina de tela de color blanco y verde para el camuflaje en la nieve.
"El invierno no tardaré en llegar", avisa.
P.Mueller--MP