Versalles, la joya real de Francia para la diplomacia
El Palacio de Versalles, sede de la monarquía en Francia antes de la Revolución de 1789, es el escenario escogido para agasajar al rey británico Carlos III, como ya se hizo con otros líderes en el pasado, de China a México, pasando por Rusia.
- Una historia franco-británica -
Francia, que decapitó a sus propios reyes, mantiene desde hace mucho tiempo una estrecha relación con la realeza británica, a la que ha agasajado en Versalles durante los últimos 170 años.
En 1855, el emperador Napoleón III organizó un baile con 1.200 invitados en Versalles para la visita de la reina Victoria, el primer viaje a París de un monarca británico en 400 años.
Casi un siglo después, cuando Europa se encontraba a las puertas de la Segunda Guerra Mundial en 1938, el rey Jorge VI y su esposa Isabel fueron recibidos en Versalles para almorzar.
Su hija, la reina Isabel II, realizó menos de dos décadas después su primera visita oficial a Francia junto a su esposo Felipe.
Tras una noche en la ópera de París, la que llegaría a ser la monarca más longeva del Reino Unido, almorzó en la gran joya de Versalles, la deslumbrante Galería de los Espejos.
- Fin al "foie gras" -
Por si el oro y los espejos no fuesen suficientes, Francia ha tratado siempre de conquistar a sus invitados por el estómago.
Sin embargo Victoria, conocida por su apetito voraz, escribió en 1855 que "aunque el ave y el caldo están bastante deliciosos", la cocina francesa tenía "menos variedad" que la británica.
En 1903, su hijo Eduardo VII fue agasajado con un banquete de 16 platos, una cantidad reducida a cuatro o cinco en tiempos de Isabel II, aunque con un producto recurrente: el "foie gras".
Es poco probable que este controvertido paté, obtenido alimentando a la fuerza a patos o gansos, figure en el menú de Carlos III, que lo prohibió en su hogar.
- Al servicio de la República -
Versalles también ha sido lugar de recepción de muchos distinguidos plebeyos.
En los años de posguerra, el presidente Charles de Gaulle escogió el palacio para recibir a John F. Kennedy y a Richard Nixon cuando eran presidentes de Estados Unidos.
Su sucesor, Georges Pompidou, invitó en 1973 al presidente mexicano Luis Echeverría, que pudo disfrutar de una cena en Versalles, seguida de un espectáculo de ballet.
Los dos mandatarios acordaron entonces reforzar "el desarrollo de la cooperación franco-mexicana", según el despacho de AFP publicado tras la visita.
En cambio, los mandatarios franceses Nicolas Sarkozy y François Hollande rara vez recurrieron a Versalles, con la excepción del difunto dictador libio Muamar Gadafi para el primero y del presidente chino, Xi Jinping, para el segundo.
Emmanuel Macron retomó la costumbre recibiendo en 2017 al presidente ruso, Vladimir Putin, o más recientemente a potenciales inversores, entre ellos Elon Musk, fundador de Tesla y propietario de X (antes Twitter).
O.Braun--MP