Un informe expone los horrores de un hospital militar de Siria
Las autoridades sirias abusaron y dejaron morir a detenidos en un hospital militar de Damasco, que usaron para encubrir torturas a los presos, dijeron un grupo de defensa de derechos humanos y ex prisioneros de ese centro.
Los presos enfermos enviados al hospital militar Tishreen de la capital raramente recibían atención médica, según un informe publicado el martes por la Asociación de Detenidos y Desaparecidos en la Prisión de Sednaya (ADMSP), una organización en Turquía.
En cambio, las fuerzas de seguridad desplegadas en el hospital, pero también su personal médico y administrativo, infligían "torturas brutales" a los detenidos, según un informe titulado "Enterrados en silencio".
El estudio analiza los abusos desde el inicio de la guerra civil de Siria en 2011 hasta 2020, pero sus autores aseguran que muchas de las prácticas persisten en la actualidad.
Abu Hamza, de 43 años, explica que lo enviaron a la prisión del hospital Tishreen tres veces durante su encarcelamiento, pero que solo recibió la visita del doctor en una oportunidad.
"Los prisioneros tenían miedo de ir al hospital, porque muchos no volvieron", explica este hombre, encarcelado durante siete años, parte de ellos en la infame cárcel de Sednaya en las afueras de Damasco.
"A los que estaban muy enfermos los dejaban morir en los calabozos del hospital", dice Abu Hamza que, como otros entrevistados por la AFP, usa nombres de pila o seudónimos por miedo a represalias.
"Si podíamos andar, nos enviaban de vuelta a la prisión", añade.
La asociación ADMSP fue fundada por antiguos detenidos de Sednaya, la mayor prisión de Siria, convertida en sinónimo de torturas y abusos del régimen.
Su último informe se basa en entrevistas a 32 personas entre exdetenidos y personal de seguridad y médico, además de documentos filtrados.
Los grupos de derechos humanos acusan de hace tiempo al gobierno del presidente Bashar al Asad de torturar y ejecutar prisioneros sin juicios justos.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una oenegé con sede en Londres y una importante red de contactos en toda Siria, una quinta parte de las 500.000 muertes por la guerra en ese país se produjeron en prisiones controladas por el gobierno.
- "Lo dejaron morir" -
Abu Hamza asegura que los guardias de la prisión del hospital "entraron una vez y nos ordenaron tumbarnos en el suelo". Los golpearon durante 15 minutos antes de partir, recuerda.
Según el informe de ADMSP, los reos que murieron por torturas o por las malas condiciones de retención eran trasladados a ese hospital y de allí a "fosas comunes" cerca de la capital.
Los presos enfermos que llegaban al hospital esperaban primero "en la misma habitación donde recogían los cadáveres de los detenidos" y eran obligados a trasladarlos, afirma este estudio.
Abu Hamza cuenta que, descalzo y en medio de un frío punzante, tuvo que cargar durante horas los cuerpos a un vehículo en la prisión de Sednaya y descargarlos en el cercano hospital Tishreen.
El informe denuncia que no se realizaban autopsias y que el hospital emitía "certificados de defunción con información falsa", citando a menudo como causas paros cardíacos, ataques cerebrales o fallos renales.
A veces, los presos "entre la vida y la muerte" eran colocados entre los cadáveres y los dejaban morir o incluso los mataban, afirma el estudio.
Abu Hamza recuerda un detenido que "luchaba por su vida" en la cárcel del hospital: "No trajeron un doctor. En vez de ello, lo pusieron aparte, entre los cadáveres. Lo dejaron morir".
- Despertarse "entre cadáveres" -
El hospital Tishreen desempeña "un papel central en las desapariciones, cubriendo la tortura, falsificando las causas de muerte" y otros abusos que suponen "crímenes contra la humanidad", dice el cofundador de ADMSP Diab Serriya.
"Lo que pasa en el hospital Tishreen y otros hospitales militares es una política sistemática" de las autoridades, añade.
Un doctor sirio se encuentra actualmente juzgado en Alemania por tortura, asesinato y crímenes contra la humanidad mientras trabajaba en hospitales militares en su país.
También hay denuncias de tortura en otras partes de Europa, en Estados Unidos y en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) contra el gobierno y funcionarios sirios.
Mahmud tenía solo 16 años cuando fue encarcelado en 2014 y enviado al hospital Tishreen, donde asegura que sus compañeros lo golpearon duramente.
"Me agarraron contra el suelo, me pisaron, me taparon la boca (hasta) que me desmayé", cuenta.
"Me desperté poco después y me encontré entre cadáveres en la esquina de la celda", dice Mahmud, que afirma que fue reenviado a la cárcel de Sednaya sin recibir atención médica.
Allí contrajo tuberculosis, pero no pidió atención médica porque tenía demasiado miedo.
"Llegó un momento en que no podía masticar, pero no lo dije a nadie para que no me enviaran al hospital Tishreen", asegura.
A.Schneider--MP