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Hamás asume el riesgo de llevar la guerra a suelo israelí
Hamás asume el riesgo de llevar la guerra a suelo israelí / Foto: Hazem Bader - AFP

Hamás asume el riesgo de llevar la guerra a suelo israelí

La sangrienta ofensiva terrestre lanzada desde Gaza por Hamás rompió con su tradicional estrategia de lanzar cohetes contra Israel, que ahora se dice decidido a erradicar al movimiento islamista palestino para restablecer su superioridad militar y borrar la afrenta.

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Hamás fue creado en diciembre de 1987, al comienzo de la primera Intifada (levantamiento) contra la ocupación israelí, por milicianos que se reivindicaban miembros de los Hermanos Musulmanes.

En los años 1990 se convirtió en la punta de lanza de la lucha armada contra Israel, después de que la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) de Yaser Arafat priorizase un proceso de paz cuyas promesas nunca se cumplieron.

Hamás desarrolló una gran red de ayudas sociales y obras benéficas, lo que explica el incremento de su influencia y popularidad, a expensas de una Autoridad Palestina que muchos consideran corrupta y cómplice de Israel.

El actual líder de Hamás (acrónimo en árabe de Movimiento de Resistencia Islámica), Ismail Haniya, vive entre Turquía y Qatar, en tanto que Yahya Sinwar, figura del ala dura, dirige el grupo en Gaza.

Mohamed Deif, enemigo público de Israel, lidera el brazo armado, las Brigadas Ezzeldin al Qasam.

Hamás -considerado como grupo terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea- expulsó en 2007 a la Autoridad Palestina del presidente Mahmud Abas de la Franja de Gaza.

Después de este golpe, Israel, que había retirado unilateralmente su ejército y sus colonos de la Franja de Gaza en 2005, impuso contra el enclave de 2,3 millones de habitantes un estricto bloqueo, calificado por la ONU de "castigo colectivo".

- Tregua -

Pese a las ofensivas israelíes, Hamás se ha mantenido en el poder en Gaza, poblada mayoritariamente por descendientes de refugiados obligados a abandonar sus tierras con la creación del Estado de Israel en 1948.

Hamás e Israel acordaron en 2018 una tregua a largo plazo para estabilizar la Franja de Gaza, socavada por la pobreza y el desempleo, gracias a la mediación liderada por la ONU, Egipto y Qatar.

El grupo islamista retomó las hostilidades en 2021, pero se mantuvo al margen de los enfrentamiento de mayo de 2023 entre Israel y la Yihad Islámica, también influyente en la Franja de Gaza.

Los rivales de Hamás le acusan de actuar en beneficio propio, respetando la tregua a cambio de relajar el bloqueo que ponía su poder bajo presión.

Sin embargo, la inestabilidad política en Israel y la formación en 2022 del gobierno más derechista de la historia de Israel, al mando de Benjamin Netanyahu, opuesto a cualquier concesión, cuesionó ese acuerdo.

La impotencia de Hamás ante la degradación de la situación en Gaza fue una de las razones que empujaron al grupo a lanzar su ofensiva el 7 de octubre, estimó el analista político George Giacaman, de la universidad de Birzeit en Cisjordania.

"La vida en Gaza se había vuelto insoportable (...). Gaza es una gran prisión que depende de Israel para alimentarse y para ello los pasos fronterizos deben estar abiertos. La ira de la población contra Israel se transformó en ira contra el poder, es decir contra Hamás", explicó Giacaman a AFP.

- "Respuesta a gran escala" -

El lanzamiento de la operación, denominada "Diluvo de Al Aqsa", también está relacionada, según Giacaman, con gestos israelíes considerados como provocaciones en la mezquita de Al Aqsa, situada en la Explanada de las Mezquitas, tercer lugar sagrado del islam en la ciudad vieja de Jerusalén.

En abril, las fuerzas israelíes irrumpieron brutalmente en la mezquita para desalojar a "agitadores" palestinos y en mayo el ministro israelí de Seguridad Interior, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, visitó la Explanada, que también es un lugar sagrado para los judíos, con el nombre de Monte del Templo.

"Es un símbolo a la vez religioso y nacional cuya importancia para los palestinos nunca debe tomarse a la ligera", aseguró Giacaman.

La reciente ofensiva de Hamás dejó más de 1.200 israelíes muertos y decenas secuestrados. Más de 1.300 personas, la mayoría civiles murieron por las represalias israelíes contra la Franja de Gaza, según las autoridades locales.

"Vamos a aplastarlos y destruirlos", prometió Netanyahu al evocar las represalias en curso contra Hamás.

Israel eliminó anteriormente a varios de sus dirigentes en respuesta a ataques reivindicados por el movimiento, como a su líder espiritual, el jeque Ahmed Yasin, en 2004, o a su sucesor Abdel Aziz Rantisi. Sin embargo, nunca debilitó al grupo de forma duradera.

"Sería impensable para los dirigentes de Hamás no esperar una respuesta israelí a gran escala, que podría devastar aún más Gaza, infligir grandes pérdidas a su ya sufrida población y tal vez marcar la sentencia de muerte de la dominación de Hamás en el enclave", analizó el International Crisis Group (ICG).

A.Kenny--MP