Marruecos confía en el desarrollo de infraestructuras y 'soft power' con el Mundial-2030
La perspectiva de organizar el Mundial-2030 de fútbol junto a España y Portugal constituye para Marruecos una oportunidad de desarrollar sus infraestructuras y de reforzar su "soft power".
Treinta y cinco años después de su primer intento, seguido de otros cuatro, Marruecos fue elegido por el Consejo de la FIFA para coorganizar junto a España y Portugal la edición 2030 del torneo planetario, que incluirá tres de sus partidos al otro lado del Atlántico, que serán disputados en Uruguay, Argentina y Paraguay.
La instancia suprema del fútbol, criticada por varias ONG medioambientales debido a la deslocalización de la competición, debe todavía validar los criterios técnicos y no atribuirá oficialmente el torneo hasta finales de 2024.
Tras su fracaso en el intento de organizar el Mundial-2026, Marruecos anunció hace cinco años su intención de competir para 2030
La insistencia marroquí no está únicamente ligada a la pasión local por el fútbol, ilustrada por las imágenes que acompañaron el recorrido de los Leones del Altas hasta las semifinales del Mundial-2022. También se busca, según los observadores, reforzar la talla del país a nivel internacional.
"La organización de grandes eventos deportivos es una palanca de crecimiento. Se pueden desarrollar infraestructuras en seis (años) en lugar de 20 años en tiempo normal", indicó a la AFP Moncef El Yazghi, especialista en política deportiva.
En el plano deportivo, el reino construirá un gran estadio en Benslimane, un barrio al norte de Casablanca. Este proyecto costará 5.000 millones de dirhams (460 millones de euros o 484 millones de dólares) en un período de tres años (2025-2028), anunció el gobierno marroquí.
Seis estadios ya están operativos en Casablanca, Rabat, Marrakech, Agadir, Fez y Tánger. Serán renovados para acoger la Copa Africana de Naciones 2025 y el Mundial-2030. Esos trabajos serán realizados en dos fases de aquí a 2028, con una inversión de 14.000 a 15.500 millones de dirhams (1.300 a 1.400 millones de euros o 1.370 a 1.475 millones de dólares), según esta fuente.
- Dinamizar el crecimiento -
En total, la organización del Mundial debería costar 52.000 millones de dirhams (4.800 millones de euros o 5.060 millones de dólares), prevé Sogécapital Gestion, sociedad de gestión de activos del Grupo Société Générale.
Además de los estadios y de los centros de formación, las inversiones esperadas incluyen principalmente el refuerzo de la red de transportes, de hoteles y de comunicaciones, en especial con el paso a la telefonía 5G.
Inversiones que dinamizarán los sectores de la construcción, la banca y el turismo, según el estudio.
Solo en ingresos turísticos deberían alcanzarse los 120.000 millones de dirhams (un poco más de 11.000 millones de euros o 11.600 millones de dólares) en 2030, según Sogécapital Gestion.
La infraestructura sanitaria, área en la que el país acusa un déficit, también debería beneficiarse de las inversiones.
El Mundial se convierte así en "un medio para acelerar el ritmo de desarrollo de nuestro país", afirmó Fouzi Lekjaa, presidente del "comité Mundial-2030" en las ondas de la emisora Mars.
"Nuestro país siempre ha sido un destino para inversores, pero el ritmo se va a acelerar", añadió Lekjaa, también presidente de la Federación de fútbol y ministro delegado de Presupuesto.
La organización del más prestigioso torneo futbolístico "reforzará la cohesión social", asegura Imad Khater, profesor en la Universidad Ibn Tofail, especialista en ciencias del deporte.
El Mundial-2030 converge con una ambición crucial del reino: alcanzar como mínimo una tasa de crecimiento anual del 6% de aquí a 2035, para frenar las profundas desigualdades sociales y espaciales dentro del país.
Para lograr ese desafío, esbozado en un informe oficial publicado en 2021, Marruecos espera revertir la ecuación de las inversiones, actualmente sostenidas en dos terceras partes por el Estado, atrayendo capitales privados locales e internacionales.
El Mundial "va a reforzar el 'soft power' de Marruecos y su capacidad de atraer inversores y turistas", anticipa Moncef El Yazghi, pero también consolidar su presencia en el continente africano.
El evento deportivo planetario podría igualmente permitir a Marruecos "continuar el minucioso trabajo diplomático de 'soft power' deportivo ya llevado a cabo desde hace algunos años. Y podría granjear más apoyo a la causa nacional, profundiza Imad Khater en referencia al conflicto del Sahara occidental, antigua colonia española controlada casi al 80% por el reino pero reivindicado por los independentistas del Frente Polisario.
Desde hace varios años, Rabat efectúa "una diplomacia del fútbol" a través de 44 alianzas con países africanos, añade el investigador.
Es también la oportunidad de "reforzar las relaciones" con España y Portugal, en especial después del apoyo de Madrid a la posición de Rabat sobre el conflicto del Sahara occidental, señala el experto universitario.
H.Erikson--MP