El regreso forzado desde Pakistán "con las manos vacías" de 1,7 millones de afganos
Aroza Bibi es una de los cientos de afganos que se encuentran en la frontera con Pakistán, obligada a abandonar apresuradamente junto a sus hijos por miedo a ser arrestada un país que consideraba como suyo desde hacía décadas.
El gobierno de Pakistán anunció el viernes la apertura de varios centros de detención en el país para los afganos en situación irregular que serán expulsados después del 1 de noviembre.
Los cerca de 1,7 millones de afganos que viven ilegalmente en el país, según Karachi, deben abandonarlo por sí mismos el miércoles próximo, de lo contrario serán expulsados, anunció Islamabad, en una represión sin precedentes que indigna a los defensores de los derechos humanos.
"Me llevo muchos buenos recuerdos. Esperaba que Pakistán nos diera la nacionalidad, pero no fue así. Esto nos obliga a volver con las manos vacías", afirma a la AFP Bibi, de 52 años, en el puesto fronterizo de Torkham, en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa.
Tenía apenas 10 años cuando su familia huyó de la guerra entre Afganistán y la Unión Soviética para instalarse en Cachemira, donde fundó su propia familia y donde su marido está enterrado.
Millones de afganos cruzaron la frontera durante varias décadas de guerra, convirtiendo a Pakistán en uno de los primeros países de acogida de refugiados del mundo.
Sin embargo, las relaciones entre los dos países se deterioraron desde que los talibanes asumieron nuevamente el poder en agosto de 2021, cuando impusieron una interpretación estricta del Islam y multiplicaron las medidas contra las mujeres.
Se calcula que cientos de miles de afganos llegaron a Pakistán desde entonces.
Según Karachi, las expulsiones tienen por objeto proteger "el bienestar y la seguridad" del país, donde la hostilidad hacia los afganos aumentó en un contexto de persistentes dificultades económicas y un resurgimiento del activismo de los grupos armados que cruzan la frontera.
- Evitar humillaciones-
A medida que se acerca la fecha límite para salir del país, la policía comenzó a efectuar detenciones en las comunidades afganas, y los abogados denuncian casos de arrestos arbitrarios y extorsión.
Hijo de refugiados, Zulfiqar Khan nació en el campamento de Peshawar, donde generaciones de afganos vivieron en hogares semipermanentes.
Como tantos otros entrevistados por la AFP, no sabía nada sobre un proceso de regularización de su situación y pensaba que algún día podría obtener la nacionalidad pakistaní.
"Decidí irme para evitar las humillaciones de las autoridades pakistaníes", explica a la AFP, que se reunió con él en la frontera.
"Dejo Pakistán con tristeza y un gran estrés mental. No tengo ni idea de cómo será mi vida en Afganistán, ni si tendré la oportunidad de recrear mi negocio", detalla.
El viernes, cientos de familias cargadas de paquetes se congregaron cerca de la frontera, esperando para cruzarla. Algunos trataban de convencer a las autoridades de que les permitieran llevar pollos vivos.
Los afganos sólo pueden llevar consigo un número limitado de efectos personales y una suma máxima de 178 dólares. Deben dejar su ganado atrás.
"Las mujeres tienen muchos problemas en la frontera, especialmente las embarazadas y las personas con discapacidad. Pueden llegar a esperar su turno durante horas", subraya Hakeem Ullah, uno de los guardias.
Más de 2.000 personas cruzan la frontera cada día según las autoridades, pero la mayoría son agricultores y comerciantes que van y vienen de un país a otro.
Casi 60.000 afganos abandonaron "voluntariamente" el país en las últimas semanas, informa Feroz Jamal, portavoz del gobierno de la provincia de Khyber Pakhtunkhwa.
Unos 1,3 millones de afganos tienen el estatuto de refugiados y otros 880.000 tienen los documentos necesarios para permanecer en Pakistán, afirma la ONU.
Según Islamabad, 1,7 millones de afganos viven ilegalmente en Pakistán.
A.Roth--MP