De vuelta a su kibutz quemado, una madre israelí teme por sus hijos secuestrados
Junto a las casas calcinadas del kibutz israelí Nir Oz, cerca de la frontera con Gaza, sus residentes se angustian por la suerte de sus seres queridos secuestrados hace más de tres semanas por milicianos de Hamás.
Hadas Kalderon cuenta que su madre y su sobrina fueron asesinadas y que su hijo de 12 años y su hija de 16 fueron capturados durante el ataque de los combatientes del movimiento islamista palestino que cruzaron la frontera desde Gaza el 7 de octubre.
Kalderon ha vivido dos décadas en esta pequeña comunidad rural que quedó arrasada. De sus 400 habitantes, el ejército israelí estima que un centenar fueron asesinados y otros 80 secuestrados.
"Hagamos lo que hagamos, están en un enorme peligro", dice la mujer de 56 años, recorriendo el kibutz en el que varias casas fueron calcinadas.
"Quiero creer que nuestro ejército y nuestro gobierno saben lo que están haciendo", agrega.
"No tengo ningún control ni conocimiento sobre las acciones militares. Solo sé que mis niños están todavía allí en medio de una guerra", dice.
Las autoridades israelíes aseguran que más de 1.400 personas murieron desde el 7 de octubre en decenas de comunas y puestos militares cercanas a Gaza.
Los ataques de represalia israelíes en la Franja mataron a más de 8.500 personas, dijo el ministerio de Salud de este territorio controlado por Hamás.
Los combatientes islamistas también capturaron a más de 230 rehenes, cuyas familias están cada vez más preocupadas, particularmente desde la intensificación de los bombardeos de Israel contra Gaza y la incursión terrestre de sus tropas.
En una conversación con periodistas durante una visita al kibutz organizada por el ejército, Kalderon asegura que lo más importante debe ser "devolverlos a casa sanos y salvos".
"Alcanzar un acuerdo inmediatamente, no esperar", subraya.
- "Nuestros vecinos" -
Hamás liberó a cuatro mujeres, entre ellas una anciana de 85 años de Nir Oz. El ejército israelí dijo el lunes que había rescatado a una soldado retenida en el territorio palestina.
En medio de una crisis humanitaria en Gaza, donde viven hacinadas 2,4 millones de personas, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, descartó un alto el fuego con Hamás y exigió la liberación sin condiciones de todos los rehenes.
A apenas dos kilómetros de la frontera con Gaza, el incesante bombardeo puede escucharse desde Nir Oz, donde los soldados han instalado nuevos puestos militares.
Los supervivientes del ataque fueron evacuados del kibutz, pero a algunos les permitieron volver brevemente.
Ran Pauker, de 86 años, se salvó del asalto contra su comuna porque estaba visitando la casa de su hija en el municipio cercano de Sederot.
"Estoy muy preocupado porque nuestro gobierno se olvidó de nosotros. No se hicieron cargo de nosotros y espero que las matanzas terminen. No las quiero", explica el anciano.
El hombre, con "muy buenos amigos en Gaza" que antes visitaban su casa, coincide en que la máxima prioridad debe ser la liberación de los rehenes.
"Y entonces... tenemos que resolver el problema con los palestinos, con nuestros vecinos", defiende.
"Sin eso, nunca habrá paz", concluye.
D.Johannsen--MP