Netanyahu lucha por su supervivencia política al son de tambores de guerra
Los israelíes, profundamente divididos desde que Benjamin Netanyahu regresó al poder el año pasado, se unieron en la guerra contra Hamás, pero los expertos predicen que el veterano líder tendrá que luchar por sobrevivir cuando termine el conflicto.
En plena conmoción en Israel por el sangriento ataque de Hamás el 7 de octubre, el país cerró filas en torno a la operación militar ordenada por el primer ministro de 74 años para "aniquilar" al movimiento palestino.
Pero, según los expertos, las deficiencias de seguridad expuestas por los combatientes de Hamás podrían convertirse en un golpe mortal para Netanyahu, que ya se enfrenta a problemas legales y políticos.
"El apoyo a Netanyahu y su coalición se estaba agotando incluso antes del 7 de octubre, y desde el estallido de la guerra ha caído mucho más", afirmó Toby Greene, profesor de política de la Universidad Bar Ilán de Israel e investigador de la London School of Economics. "Si se celebraran elecciones ahora, perdería estrepitosamente".
Netanyahu, apodado "Rey Bibi" y "míster Seguridad" por sus partidario y "ministro del crimen" por sus críticos, domina desde hace años la política israelí.
Las últimas encuestas sugieren una caída del apoyo al primer ministro y a su partido de derechas, Likud.
Muchos resienten la falta de protección, especialmente los israelíes que viven cerca de la frontera con Gaza más afectados por los ataques en los que, según las autoridades israelíes, murieron 1.400 personas, en su mayoría civiles.
Bajo el mandato de Netanyahu, antiguo oficial de una unidad de comandos que siempre se mostró como un firme defensor de los judíos, la sensación de seguridad compartida por muchos israelíes se hizo añicos.
- "Cada decisión" -
Aunque agencias militares y de inteligencia reconocieron fallos de seguridad, Netanyahu no asumió ninguna culpa por el ataque.
Sus aliados guardaron silencio sobre su papel y algunos rivales se unieron a su gabinete de guerra, defendiendo los bombardeos israelíes que, según Hamás, dejaron más de 9.700 muertos en la Franja de Gaza.
Reuven Hazan, profesor de ciencias políticas en la Universidad Hebrea de Jerusalén, afirmó que Netanyahu es un político "brillante" que está ganando tiempo.
"Él ya sabe que está luchando por su supervivencia y cada decisión que toma en esta guerra está orientada a garantizarla", indicó.
Cuando le preguntaron sobre su posible dimisión, Netanyahu declaró: "Lo único que pretendo que dimita es Hamás".
El líder del gobierno más derechista de la historia de Israel, cuyo primer mandato se remonta a 1996, admitió sin embargo que tendría que dar "respuestas", pero sólo cuando termine la guerra.
Para que deje su cargo, Netanyahu tendrá que dimitir o perder la mayoría parlamentaria que ostenta la coalición de su partido con partidos judíos de extrema derecha y ultraortodoxos.
El magnate de la tecnología Amnon Shashua declaró que el gobierno de Netanyahu debe ser destituido "inmediatamente" por sus "fracasos, disonancia e incompetencia".
- Líder "dañado" -
La presión sobre Netanyahu llevaba tiempo creciendo, y los expertos indican que el desenlace es cuestión de tiempo.
El primer ministro, que ha dirigido Israel durante casi de 16 de los últimos 27 años, se enfrenta en los tribunales a tres casos de corrupción.
En los nueve meses que precedieron al 7 de octubre se produjeron protestas masivas por la reforma judicial de su gobierno que los opositores calificaron de amenaza para la democracia israelí.
Antes de los atentados de Hamás, Israel se estaba "desgarrando", afirmó Hazan, pero "ahora no hay política debido a la guerra". Cuando esta vuelva, "entonces habrá preguntas, y entonces volverán las protestas", añadió.
Cuando termine la guerra, el gobierno probablemente ordene una comisión de investigación -ya sea gubernamental con relativamente poco poder-, o una comisión nacional más independiente.
Si Netanyahu fuese considerado responsable de los ataques, su problema político podría llegar a ser crítico.
El gobierno advirtió que la guerra duraría meses y Netanyahu no está obligado a convocar elecciones hasta dentro de tres años, pero los observadores no creen que dure tanto.
"Todo el mundo sabe que está dañado", según Hazan.
Las encuestas indican que el candidato preferido de los israelíes es ahora el centrista Benny Gantz, un ministro sin cartera en el gabinete de guerra antes en la oposición.
"El legado de Netanyahu quedó destrozado tanto por la división que sembró con la reforma judicial como por los múltiples fallos que permitieron el atentado del 7 de octubre", indicó Toby Greene.
"Muchos israelíes consideran que estas dos cuestiones están relacionadas", añadió.
T.Murphy--MP