Canadá se debate entre la economía y el clima en decisión sobre proyecto petrolero
El guerrero ecológico convertido en ministro del Medioambiente, Steven Guilbeault, escogido por el presidente Justin Trudeau hace cinco meses para liderar la política climática de Canadá, se enfrentará a su primera gran prueba: un nuevo proyecto petrolero en alta mar.
La firma noruega Equinor está explorando en busca de petróleo en la Cuenca del Paso Flamenco, a unos 500 kilómetros al este de St. Johns, Newfoundland.
Su proyecto Bay du Nord promete crear miles de empleos y generar 3.500 millones de dólares canadienses (unos 2.800 millones de dólares estadounidenses) en regalías para la provincia insular del Atlántico, rescatando su tambaleante economía.
Pero explotar un estimado de 300 millones de barriles de crudo durante 30 años podría incidir negativamente en la lucha contra el cambio climático.
Las turbulencias del mercado petrolero causadas por la invasión rusa de Ucrania y las sanciones occidentales contra el sector energético de Rusia podrían complicar incluso más las cosas.
Guilbeault, un activista de larga data que escaló la Torre CN en Toronto en 2001 para llamar la atención sobre el cambio climático, anunciará una decisión sobre el proyecto en las próximas semanas.
Ambientalistas aseguran que será una "prueba real" de su buena fe, así como de la de Trudeau.
La administración de Trudeau se enfrenta a un "dilema muy grande", explicó a la AFP Pierre-Olivier Pineau, experto en política energética de la escuela de negocios de la HEC Montreal.
"Si tuviera que apostar, pienso que hay una leve oportunidad de que rechace el proyecto", señaló, considerando que el gobierno necesita mostrar que está tomando acciones climáticas reales.
Esto, en especial, tras ser vapuleado en 2018 por salvar la construcción de un gran oleoducto desde las arenas petrolíferas de Alberta hasta la costa del Pacífico.
- Lejos de los objetivos -
"Si rechaza (Bay du Nord) manda un mensaje reforzando la imagen de Canadá como un campeón en la lucha contra el cambio climático", indicó Pineau.
Ottawa debe rechazar Bay du Nord, según Equiterre, un grupo de defensa ambiental cocretado por Guilbeault en 1993 tras la Cumbre de la Tierra de Rio de Janeiro, que produjo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
"Canadá está lejos de alcanzar sus objetivos de reducción de gases de efecto invernadero", precisó a la AFP Emile Boisseau-Bouvier, analista de Equiterre.
El año pasado, el gobierno de Trudeau mejoró su objetivo del Acuerdo de París de reducir las emisiones de carbono en 40-45% con respecto a los niveles de 2005 para 2030. Pero aún dista mucho de las metas de la Unión Europea y Estados Unidos.
"No es apostando por una industria moribunda como vamos a solucionar el problema (climático)", sostuvo Boisseau-Bouvier, explicando que "las próximas semanas serán fundamentales" para Canadá, que también se prepara para revelar un plan para alcanzar su objetivo de emisiones.
- Política climática -
En la última elección, los liberales de Trudeau ganaron seis de siete puestos en la Cámara de los Comunes en NewFoundland, de 338 escaños en total.
Estos seis, incluido el exministro de Recursos Seamus O'Regan, quien actualmente es ministro del Trabajo, han presionado fuertemente por la aprobación del proyecto petrolero, pero al parecer se han enfrentado a una oposición dentro de la facción liberal.
Con la mayor tasa de desempleo del país, Newfoundland necesita un impulso económico que Bay du Nord podría aportar.
En especial después de que la caída de la demanda petrolera y los precios producto de las restricciones por la pandemia paralizaran la construcción de otro proyecto petrolero en alta mar en 2020.
Ottawa aportó entonces unos 320 millones de dólares canadienses (255,1 millones de dólares estadounidenses) en ayuda a la industria petrolera de Newfoundland.
El primer ministro de Newfoundland, Andrew Furey, dijo haber presionado a Trudeau en cuanto a la "importancia de este proyecto para (la) provincia", tachándolo de "crítico" para la economía regional.
Tras una revisión ambiental de cuatro años, Ottawa ha pospuesto dos veces en los últimos meses el anuncio de una decisión sobre Bay du Nord.
"La gente está muy deprimida por el retraso", aseveró Paul Barnse, director para el Atlántico de los Productores de Petróleo y Gas Natural de Canadá.
La agencia de impacto ambiental de Canadá concluyó en agosto pasado que Bay du Nord "no era probable que causara efectos ambientales adversos significativos, tomando en cuenta la implementación de medidas de mitigación".
Pineau reconoció que aprobar intuitivamente el proyecto parecería ir "en contra de los objetivos climáticos", pero argumentó que rechazarlo sería ver a las inversiones petroleras irse a otra parte, "lo cual no es necesariamente mejor para el clima".
Angela Carter, profesora de la Universidad de Waterloo, quien investiga los riesgos ecológicos y político-económicos de la dependencia de los combustibles fósiles, ve el asunto de forma sencilla.
"No podemos tener ambas cosas (...) Canadá no puede alcanzar sus compromisos climáticos y expandir su producción de petróleo y gas".
K.Lang--MP