La vivienda se erige en cuestión clave para los jóvenes votantes neerlandeses
Youri Hermes vive en una "casa contenedor" de unos 20 metros cuadrados en un complejo en el norte de Ámsterdam. El joven de 26 años se considera afortunado porque al menos tiene un techo encima de su cabeza.
"Muchos no pueden tener este lujo" en los Países Bajos, dice a la AFP este asesor experto en liderazgo, convencido de que la crisis de la vivienda será clave en las elecciones legislativas del 22 de noviembre.
Hermes es uno de los 540 jóvenes, la mitad refugiados con permiso de residencia, que viven en el "Startblok Elzenhagen", un complejo de "casas contenedor".
Se trata de viviendas de algo más de 20 metros cuadradas, construidas con madera y materiales reutilizados en el norte de Ámsterdam.
Este tipo de complejos fueron concebidos en 2015, entonces con contenedores marítimos metálicos adaptados, como una solución para albergar a refugiados y neerlandeses y alentar a estos jóvenes de orígenes dispares a convivir.
Hoy en día se han multiplicado y diversificado.
"Hay una enorme escasez de vivienda en Ámsterdam. Es una de las soluciones", afirma Arnold Hooiveld, gestor del proyecto.
El alquiler de la casa cuesta alrededor de 400 euros mensuales (438,50 dólares) y cada vez que una queda libre reciben "cientos de peticiones" para ocuparla, explica.
"Para mí, el aspecto multicultural es importante", señala a la AFP Junia Kersten, una estudiante de ingeniería de construcción de 29 años.
"A veces tienes la impresión de vivir en una gran casa con tu hermano y tu hermana. Puedes llamar a la puerta de cualquiera", explica.
- Situación "desastrosa" -
Pero los "Startblokken" están lejos de resolver todos los problemas de vivienda en los Países Bajos.
Según explica por correo electrónico Marc van der Lee, portavoz de la asociación de agentes inmobiliarios neerlandeses (NWM), faltan alrededor de 400.000 viviendas en el país.
Y la demanda "continúa aumentando" en este pequeño país, uno de los más densamente poblados del mundo.
Los motivos son el crecimiento demográfico, la inmigración y la disolución de las familias, estima. Además, los plazos para construir nuevos proyectos son largos, a menudo de una decena de años.
Y algunas grandes promociones, cuya edificación provoca emisiones de nitrógeno, fueron suspendidas por el Consejo de Estado porque considera que el país emite demasiados gases de efecto invernadero.
"Cuando hay escasez, los precios aumentan", señala Van der Lee.
En el tercer trimestre de 2022, el precio medio de venta de un inmueble se situaba en 422.000 euros (462.000 dólares), revela.
Para los jóvenes "es difícil", concede. Y en las grandes ciudades, la situación es "desastrosa", añade.
El informe "Estado de la vivienda" publicado la semana pasada apuntó que la compra de un inmueble medio precisa actualmente de un ingreso anual de más de 80.000 euros (88.000 dólares), dos veces el ingreso medio del país.
Pocas viviendas son accesibles para los jóvenes, que también se enfrentan a un mercado del alquiler "tenso", explica Van der Lee.
En Ámsterdam, no es raro que una sola persona pague 1.500 euros (1.645 dólares) para un alquiler mensual, dice Hermes.
Hay pisos de alquiler social más accesibles, pero hace falta esperar de media más de 13 años antes de acceder a uno de los disponibles en esta ciudad.
La situación es especialmente difícil para los estudiantes. Algunos se ven obligados a ocupar apartamentos, a vivir en cámpines o albergues o a mudarse con jubilados.
- Promesas electorales -
La cuestión es uno de los debates cruciales de las elecciones del 22 de noviembre.
Según una encuesta realizada por el grupo de medios RTL a 38.000 personas, la crisis de la vivienda es uno de los principales temas de estas elecciones, en particular entre los jóvenes.
Los programas electorales de los partidos recogen numerosas promesas de nuevas construcciones inmobiliarias.
El VVD de centro-derecha, actualmente en cabeza de los sondeos, prometió edificar "cientos de miles de casas para que una vivienda agradable y asequible sea nuevamente posible para todos".
La alianza de izquierda GroenLinks-PvdA propuso limitar los precios del alquiler y fomentar la vivienda social.
Varios partidos de derecha defienden que en parte es necesario reducir la inmigración para mitigar el problema de la vivienda.
Hermes considera que este asunto será clave en el voto de sus compañeros en el complejo "Startblokken". Pero el vínculo entre la inmigración y la escasez de viviendas es una cuestión espinosa, estima.
"Aquí tenemos relación con gente de horizontes muy distintos. Al mismo tiempo, luchamos contra la crisis de la vivienda (...) Es muy difícil de conciliar".
A.Kenny--MP