Extrema derecha gana legislativas de Países Bajos, según sondeos a boca de urna
El partido neerlandés de extrema derecha antislámico de Geert Wilders ganó las elecciones legislativas de este miércoles en Países Bajos, según los sondeos a boca de urna, lo que supondría un sismo político que se sentiría mucho más allá de las fronteras del país.
El Partido por la Libertad (PVV) obtendría 35 escaños en el parlamento según el sondeo de Ipsos, ganando cómodamente las elecciones por delante de la alianza de izquierdas de Frans Timmermans, con 25 escaños, y del bloque de centroderecha VVD, con 24.
Pero este ansiado triunfo electoral no garantiza que este político, a veces tildado el "Trump neerlandés", pueda reunir los apoyos para formar un gobierno de coalición y convertirse en primer ministro.
El PVV "ya no puede ser ignorado", dijo Wilders ante sus eufóricos seguidores en La Haya. "Hago un llamamiento a los partidos (...). Ahora tendremos que buscar acuerdos entre nosotros", afirmó.
"Los neerlandeses esperan que el pueblo pueda recuperar su país y que vigilemos que el tsunami de solicitantes de asilo e inmigración se reduzca", agregó el dirigente.
Si se confirma, la victoria de Wilders supondrá un brusco giro a la derecha que Bruselas acogerá con recelo, ya que el PVV prometió un referéndum sobre la permanencia de Países Bajos en la Unión Europea.
El antiguo primer ministro Mark Rutte, cuya renuncia desencadenó los comicios, desempeñó un papel destacado en cuestiones comunitarias como el rescate de la zona euro (enfrentándose con su posición austera a los países del sur de Europa) o la guerra en Ucrania.
Los líderes de los otros tres principales partidos declararon que no formarían parte de una coalición liderada por el PVV.
Pero Pieter Omtzigt, cuya formación Nuevo Contrato Social obtuvo 20 escaños según el sondeo a pie de urna, dijo ahora estar "disponible", pero advirtió que la negociación "no será fácil".
Para la formación del último gobierno se necesitó el récord de 271 días. Y por ahora, la incertidumbre es total.
- "Problemas más graves" -
Geert Wilders y su melena oxigenada forman parte del paisaje político neerlandés desde hace décadas, en el que construyó su carrera sobre una cruzada contra lo que él llama una "invasión islámica" en Occidente.
No le desanimaron sus encontronazos con la justicia neerlandesa, que lo declaró culpable de insultar a los marroquíes -a quienes llamó "escoria"-, ni las amenazas de muerte, que lo mantienen bajo protección policial desde 2004.
Para estos comicios, Wilders buscó pulir su imagen, suavizando algunas de sus posturas y defendiendo que había "problemas más graves" que reducir el número de demandantes de asilo como "la seguridad y la sanidad".
Tras votar en La Haya, dijo a la prensa que sería un primer ministro para "todos en Países Bajos, sin importar la religión, el origen o el sexo".
Diederick van Wijk, analista del Clingendael Institute, dijo a la AFP que Países Bajos se sitúa en "territorio inexplorado" después de la "victoria aplastante" de Wilders.
En su opinión, el resto de partidos cometieron un error estratégico de centrarse en la inmigración, llevando el debate al territorio del PVV.
Lizette Keyzer, empresaria de 60 años, dijo tener "palpitaciones en el corazón" al publicarse los sondeos a boca de urna. El país "va en dirección a la derecha. Esperemos que no sea así del todo", afirmó.
- "Nexit" -
Las medidas antinmigración propuestas por el PVV incluyen restablecer los controles fronterizos neerlandeses, detener y deportar a inmigrantes ilegales, devolver a los solicitantes de asilo sirios y reintroducir permisos de trabajo para los trabajadores intracomunitarios.
En cuanto al Islam, el manifiesto del partido dice que "Países Bajos no es un país islámico. Ni escuelas islámicas, ni Coranes, ni mezquitas" y propone prohibir el uso del velo en los edificios gubernamentales.
En política exterior, aboga por "Países Bajos primero", propone cerrar su oficina de representación en la ciudad palestina de Ramala y estrechar lazos con Israel, trasladando su embajada a Jerusalén.
Un "referéndum vinculante" sobre un "Nexit" -la salida de Países Bajos de la UE- también figura en el programa, así como un "cese inmediato" de la ayuda al desarrollo.
Su victoria ya ha sido aplaudida por el primer ministro nacionalista húngaro, Viktor Orban, abiertamente enfrentado a Bruselas, que celebró los "vientos de cambio" en Países Bajos.
R.Schmidt--MP