España, una voz de apoyo a los palestinos dentro de la Unión Europea
Cercana históricamente al mundo árabe, España intenta impulsar una línea más favorable a las aspiraciones palestinas dentro de la Unión Europea. Una posición que el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, defiende este jueves durante su visita a Oriente Medio.
"A Israel le interesa trabajar por la paz. Y hoy la paz significa el establecimiento (...) de un Estado palestino viable", aseguró el socialista durante un encuentro con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en Jerusalén.
Sánchez, que dijo apoyar el "derecho" de Israel a "defenderse" tras las "atrocidades" cometidas por Hamás durante los ataques del 7 de octubre, consideró que "la cantidad de palestinos muertos" en las represalias de Israel es "verdaderamente insoportable".
Durante su discurso de investidura hace una semana para un nuevo mandato de cuatro años, el líder socialista español, que gobierna en coalición con la formación de izquierda radical Sumar, prometió que el "primer compromiso" de su nuevo ejecutivo en política exterior sería "trabajar en Europa y por supuesto en España para reconocer al Estado palestino".
Sánchez --cuyo país organizó en 1991 una conferencia de paz que abrió camino para los acuerdos de Oslo-- ha llamado reiteradamente a que se celebre una cumbre de paz, de la que salga una solución política al conflicto entre Israel y los palestinos basada en dos Estados.
Su visita, que realiza junto al primer ministro belga, Alexander De Croo, quien le sucederá a partir del 1 de enero en la presidencia de turno de la Unión Europea, continúa en la tarde con un desplazamiento a Cisjordania para reunirse con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, y seguirá el viernes en Egipto.
- "Efecto de arrastre" -
Según Isaías Barreñada, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, Sánchez, quien busca desde hace años aumentar el peso internacional de España, espera que su posición "tenga efecto de arrastre" para el resto de la UE, en momentos en que los países occidentales están siendo criticados en el mundo árabe, que les considera demasiado favorables a Israel.
En 2014, bajo un gobierno conservador, el Parlamento español adoptó, por casi unanimidad, una resolución que pedía el reconocimiento del Estado palestino. Pero la votación, no vinculante, no produjo ningún efecto.
En Europa, varios países sí que han dado el paso, como Suecia, Hungría, Malta o Rumanía, pero hasta ahora ninguno de los principales Estados miembro de la UE lo ha hecho.
Para Pedro Sánchez --que eligió como nueva ministra de Juventud e Infancia de su nuevo gobierno a Sira Rego, de padre palestino-- ahora "hay una oportunidad, pero también mucha presión" para avanzar en esta dirección, especialmente desde el sector más a la izquierda y de la opinión pública, explica Barreñada.
Reconociendo que el conflicto actual "es un tema muy divisivo en Europa", el jefe de la diplomacia europea, el español Josep Borrell, antiguo ministro de Sánchez, consideró el lunes en el diario El País que España formaba parte de los países con "una simpatía más clara por el mundo árabe".
- Fricciones -
Además de la cercanía geográfica al Magreb, España se apoyó en los países árabes durante la dictadura de Franco (1939-1975) ante su aislamiento de Occidente. Esa diplomacia llamada de "sustitución" se vio fomentada durante mucho tiempo por Madrid, recuerda Juan Tovar, profesor de la Universidad de Burgos.
Así, las relaciones oficiales con Israel solo se establecieron en 1986, como consecuencia también de las tensiones derivadas de la oposición del Estado hebreo al ingreso de España en la ONU tras la Segunda Guerra Mundial, por su proximidad con la Alemania nazi, indica Barreñada.
Madrid, sin embargo, llegó a actuar después como mediador, al acoger en 1991 una conferencia de paz en la que participaron por primera vez todas las partes árabes en conflicto directo con Israel: palestinos, sirios, jordanos y libaneses.
Dos años más tarde se firmaron en Washington los acuerdos de Oslo, a través de los que Israel y la Organización para la Liberación Palestina (OLP) se reconocían mutuamente.
Pese a todo, España sigue siendo percibida por muchos actores como un país pro-árabe.
Y, a finales de octubre, unas controvertidas declaraciones de la por entonces ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra --que habló de un "genocidio planificado" en Gaza-- originaron una breve crisis diplomática con la embajada de Israel.
G.Vogl--MP