Con balance alentador en Amazonía, Lula pedirá a países ricos más de su parte en COP28
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, presentará esta semana en la COP28 sus progresos en el combate de la deforestación de la Amazonía, clave en la lucha contra el cambio climático, y llevará nuevas propuestas de protección de los bosques con exigencias a los países más ricos.
Después de iniciar un tercer mandato en enero, Lula -que prometió acabar con la deforestación ilegal para 2030- acudirá a la cumbre con los mejores datos sobre la pérdida de masa forestal de la mayor selva tropical del planeta en cuatro años.
La deforestación de la Amazonía, que bajo la presidencia del ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022) aumentó un 75% frente al promedio de la década anterior, cayó un 22% en los doce meses hasta julio de este año, según cifras oficiales.
En los primeros diez meses del año, bajó un 48,9%.
Según los científicos, frenar la destrucción de la Amazonía es fundamental para tratar de impedir que esta alcance un punto de no retorno, a partir del cual pasará a emitir más carbono del que almacena, agravando el calentamiento global.
Brasil también puede presumir también de que la mitad del suministro energético del país, según cifras oficiales, procede de fuentes renovables -con un 89% de electricidad limpia-, una carta adicional para exigir a los países desarrollados un mayor compromiso para cumplir los compromisos climáticos.
La ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, una figura internacional de peso propio, afirmó que Brasil acudirá "con la cabeza erguida" a la conferencia climática de la ONU, que se celebra del 30 de noviembre al 12 de diciembre en Dubái, para "exigir más que ser exigido".
Silva adelantó que reclamará a las potencias del planeta que cumplan sus promesas de ayuda a los países más vulnerables, así como debatir los desafíos que hay por delante "para sacar el pie del acelerador de los combustibles fósiles en un contexto geopolítico difícil".
Pero no todo son buenas noticias en los datos de Brasil. A pesar de los datos alentadores de la Amazonía, la deforestación del bioma del Cerrado, una vasta sabana tropical en el centro del país, se disparó un 34% entre enero y octubre respecto al mismo periodo del año anterior.
Además, Brasil difícilmente logrará recortar sus emisiones en 480 millones de toneladas de CO2 necesarias para cumplir sus metas del Acuerdo de París para 2025, cuando el país será además sede de la COP30, estimó un informe del grupo de políticas climáticas Instituto Talanoa.
Tampoco se libra Lula, foco de las críticas de ambientalistas por defender un proyecto de exploración petrolera en la desembocadura del Amazonas.
- Nuevo fondo para bosques -
En la COP28, el izquierdista presentará un programa para recuperar áreas cultivables deterioradas e improductivas que proyecta expandir, sin deforestar, el área agrícola de Brasil de 65 millones de hectáreas actuales a 105 millones.
Para ello el gobierno brasileño calcula invertir unos 120.000 millones de dólares en una década.
El mandatario propondrá además la creación de un fondo internacional para remunerar la preservación de selvas tropicales en unos 80 países.
Según Silva, se trata de un "mecanismo global" para pagar a los países por cada hectárea de selva preservada o restaurada con flora nativa y cuyos detalles serán revelados en Dubái.
- Presidencia del G20 -
La presencia de Lula en la COP28 coincidirá con el arranque el viernes de la presidencia de Brasil del G20, el club de las mayores economías del mundo en el que el cambio climático también será un asunto "central", afirmó Mauricio Lyrio, jefe negociador del país sudamericano en el grupo.
El calentamiento "ya no es una especulación como los negacionistas decían", sino una fuente de "problemas económicos y sociales graves" a nivel planetario, añadió.
El objetivo de Brasil, que ha sufrido este año lluvias y sequías extremas, será presionar a los países más ricos a invertir más en la lucha contra el calentamiento global, dijo Lyrio.
"El financiamiento es fundamental y los países tienen que desembolsar" más dinero.
Además de la agenda climática, Brasil se centrará durante su presidencia del G20 en la lucha contra la pobreza y en lanzar una "alianza global contra el hambre", inspirada en los programas de los primeros gobiernos de Lula (2003-2010) que redujeron fuertemente esa lacra en Brasil.
M.P.Huber--MP