La lucha contra la violencia de género avanza en Kosovo
Tras más de una década de sufrir violencia conyugal, Linda dejó a su esposo y se refugió en un albergue en las afueras de Pristina donde, junto a otras víctimas, encontró aire fresco en un país asfixiado por la violencia contra las mujeres.
"Una vez él me golpeó tan fuerte que me rompió tres dedos. Me quedé sangrando", relató la mujer de 37 años quien pidió ser identificada con un nombre ficticio.
"Es locamente celoso. Me trata como una esclava, repite sin parar 'tú eres mía, me perteneces'", contó.
El albergue donde permaneció antes de encontrar un apartamento es parte de una red apoyada por el gobierno de Kosovo, que ofrece a las mujeres un lugar para salir de relaciones violentas y tóxicas.
Desde enero de 2023, unas 150 mujeres se refugiaron allí, según su directora, Zana Hamiti.
"Aún somos una sociedad patriarcal donde domina la palabra del hombre, Pero también una sociedad que vivió la guerra y los traumas", agregó.
Una cultura patriarcal, una población aquejada de estrés postraumático tras años de guerra, y un deficiente sistema judicial dejaron que la violencia doméstica se afianzara en Kosovo.
La muerte a fines de 2023 de Liridona Ademaj, madre de dos niños, se lo recordó a los kosovares. El esposo de la joven, en detención provisional mientras se investiga el caso, es acusado de contratar un hombre para asesinarla.
Su muerte llevó a cientos de personas a las calles a exigir al gobierno enfrentar la violencia contra las mujeres.
Desde 2010, según las autoridades, se han registrado 54 feminicidios en el país de 1,8 millones de habitantes.
"Yo creo que las cifras están aumentando", comentó Luljeta Demolli, quien trabaja en el Centro Kosovar de Estudios de Género.
En 2023 la policía registró más de 1.100 casos de violencia contra mujeres, una cifra lejos de la realidad según las organizaciones de derechos humanos.
"Esas cifras no reflejan la realidad", aseguró Leonida Molliqaj, de la ONG Qika.
- Sexismo por doquier -
Para luchar contra esa plaga, el gobierno lanzó un programa de empleo para las mujeres víctimas de la violencia doméstica, en el cual el Ministerio de Finanzas subvenciona 70% de su salario durante seis meses.
El programa nació gracias a la llegada de mujeres a altos cargos los últimos años, incluso a la presidencia del país.
Pero las mujeres de Kosovo sienten que se ha hecho poco: los hombres todavía son dueños de la mayoría de las propiedades y las tradiciones profundamente arraigadas, sobre todo en zonas rurales, hacen que las mujeres sean reacias a dejar sus hogares, incluso cuando son víctimas de violencia.
"El respeto a las mujeres en Kosovo es nulo, nulo, nulo", resume Merima, una ama de casa de 57 años, quien participó en una manifestación para criticar los arraigados privilegios de los hombres kosovares. "Tenemos que empezar a luchar desde la guardería"
La presidenta, Vjosa Osmani, lo expresó así en su discurso anual ante el Parlamento: "el sexismo está presente casi por doquier. Casi todas las mujeres lo han vivido de una manera u otra".
Algunos programas comenzaron a operar, como el albergue de Pristina.
Tras instalarse allí, Linda pudo encontrar un empleo, luego comprar un pequeño apartamento con ayuda de su familia. Todo ello mientras luchaba en la justicia por la tutela de sus hijos.
Sin embargo, aún teme lo que su exmarido pueda hacer.
"Nunca me dejará en paz. Quién sabe, podría acabar como Liridona".
S.Schuster--MP