La economía de Sudán se desploma por el conflicto y agudiza la pobreza
Antes del inicio de la guerra en Sudán, Ahmed comerciaba goma arábiga, un ingrediente muy utilizado en la industria alimentaria. Pero los diez meses de conflicto arrastraron a la economía al borde del colapso y lo obligaron a cerrar su negocio.
El estallido del conflicto entre el ejército y los paramilitares el 15 de abril dejó a civiles como Ahmed a merced de los combatientes.
"Cuando comenzó la guerra, yo tenía almacenada goma arábica en un depósito al sur de Jartum que estaba destinada a la exportación", relató a la AFP Ahmed, que pidió utilizar solamente su nombre de pila por temores por su seguridad.
Este empresario relató que para sacar sus inventarios tuvo que pagar sobornos a las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), las milicias paramilitares comandadas por el general Mohamed Hamdan Daglo que están enfrentadas con el ejército liderado por el general Abdel Fatah al Burhan.
"Tuve que pagar varias veces en áreas que estaban bajo su control antes de que mi cargamento pasara a zonas controladas por el gobierno", afirmó Ahmed.
Entonces, el ejecutivo, que se mantiene leal al ejército, le exigió que pagara impuestos por este producto, que era una de las principales exportaciones de Sudán y que se utiliza en productos alimentarios como bebidas gaseosas o goma de mascar.
Cuando los camiones llegaron por fin a Puerto Sudán para su exportación por el mar Rojo, "las autoridades volvieron a pedirme más impuestos, y tuve que pagar tasas de almacenamiento seis veces superiores a las de antes del conflicto", explicó Ahmed.
Su cargamento de goma arábiga, como muchos otros productos sudaneses, nunca llegó a embarcarse. Según las autoridades portuarias, el comercio internacional cayó un 23% el año pasado.
- "Décadas" de retraso -
El Ministerio de Finanzas que no fijó un presupuesto para 2023 ni para 2024 y ya no publica informes trimestrales. Recientemente las autoridades depreciaron la libra sudanesa que se utiliza para las exportaciones de 650 por dólar a 950.
Pero este nivel sigue muy por debajo del valor real que tiene la moneda nacional, que en el mercado negro se intercambia a cerca de 1.200 libras sudanesas por dólar.
"Es una muestra de la destrucción de la economía sudanesa", señaló a la AFP Al Sadiq Jalal, expresidente de la Cámara de Comercio de Sudán.
Un apagón de las comunicaciones que comenzó a principios de febrero obstaculiza las transacciones por internet que son una fuente vital de subsistencia para muchos sudaneses.
La guerra obligó a muchas industrias a cesar sus actividades. Otras quedaron destruidas por los combates y muchos almacenes de alimentos han sido saqueados.
El Banco Mundial advirtió en septiembre que "la destrucción generalizada de los cimientos de la economía de Sudán va a retrasar el desarrollo del país varias décadas".
La economía de este país africano lleva años maltrecha por las décadas de un gobierno dictatorial como el de Omar al Bashir, las sanciones internacionales, la corrupción desenfrenada y la secesión de Sudán del Sur en 2011. Antes del actual conflicto ya era uno de los países más pobres del mundo.
- Riesgo de hambruna -
El derrocamiento de Bashir en 2019 tras un masivo movimiento de protestas llevó a una frágil transición hacia un gobierno civil que atizó las expectativas de prosperidad, pero en 2021 el golpe militar liderado por Burhan y Daglo truncó las expectativas.
Cuando los dos generales golpistas se enfrentaron y comenzó la guerra, Sudán sufrió un nuevo colapso económico tras la suspensión de la ayuda del Banco Mundial y de Estados Unidos.
Más de seis millones de los 48 millones de habitantes de Sudán han huido de sus hogares a otros lugares del país debido a la guerra y más de la mitad de la población necesita asistencia para sobrevivir, según la ONU.
Miles de personas han muerto, incluyendo entre 10.000 y 15.000 fallecidos en una localidad de la región del estado de Darfur del Oeste, según expertos de la ONU.
Con la debacle económica, el número de personas que mueren por causas derivadas del conflicto también aumenta.
Las agencias humanitarias han advertido del riesgo de hambruna y el Programa Mundial de Alimentos de la ONU "ha recibido reportes de personas que han muerto de hambre", informó a inicio de febrero el coordinador del organismo para Sudán, Eddie Rowe.
El Estado sudanés "está completamente ausente" en todos los sectores, señaló a la AFP el economista Haitham Fathy.
La agricultura podría haber salvado a la población de la hambruna, ya que antes del conflicto este sector representaba entre un 35 y un 40% del PIB, según el Banco Mundial.
Pero la guerra impidió utilizar cerca del 60% de las tierras agrícolas, según el centro de estudios sudanés Fikra.
En el estado de Gezira, un importante productor de trigo, los paramilitares conquistaron grandes extensiones de tierras agrícolas, los campesinos no pudieron trabajar los cultivos y perdieron su sustento.
De los campos de trigo abandonados a los almacenes de goma arábica de Ahmed, la historia se repite en todos los sectores productivos.
Ahmed consumió todos sus ahorros, perdió sus inventarios y enfrenta un futuro sombrío. Al igual que gran parte de los empresarios, echó el cierre a su negocio.
Y.Ingvar--MP