La guerra arrecia en la Franja de Gaza al comenzar el mes del Ramadán
La fiesta del Ramadán comenzó el lunes en la Franja de Gaza sin una tregua a la vista, mientras arrecia la guerra entre Israel y Hamás en medio de una grave crisis humanitaria en el territorio palestino.
Para paliar esa crisis, un primer barco fletado por la ONG española Open Arms en colaboración con la estadounidense World Central Kitchen (WCK) zarpará cargado de ayuda del puerto de Lárnaca, en Chipre, hacia Gaza.
Algunos habitantes acudieron el domingo a una playa al sur de Ciudad de Gaza con la esperanza de ver llegar al barco.
"Estoy esperando desde esta mañana porque la situación es trágica", declaró Mohammed Harrara a la AFP.
Grupos de ayuda advierten que solo una fracción de la asistencia requerida para atender las necesidades humanitarias básicas han ingresado a Gaza desde octubre, cuando Israel impuso un asedio casi total.
Según Open Arms, el barco remolcará una barcaza con 200 toneladas de alimento que WCK descargará en las costas de Gaza.
Jordania, Estados Unidos, Francia, Bélgica y Egipto participaron el domingo en nuevos lanzamientos aéreos de ayuda.
La UE y Estados Unidos, principal aliado de Israel, anunciaron el viernes que preparaban un corredor marítimo desde Chipre, a unos 370 km de Gaza.
- Momento de dolor -
El Ramadán de este año es "solo dolor", declaró Ahmed Kamis, de 40 años, en Rafah, donde cerca de 1,5 millones de palestinos han buscado refugio de los bombardeos de Israel, que ha amenazado con una incursión terrestre en la ciudad.
En Washington, el presidente Joe Biden comentó que el Ramadán "llega en un momento de inmenso dolor".
"Cuando los musulmanes se reúnan en todo el mundo los próximos días y semanas a romper el ayuno, muchos tendrán muy presente el sufrimiento del pueblo palestino. Yo también lo tengo presente", agregó.
Estados Unidos junto con Catar, Egipto y otros países intentaron mediar una tregua entre Israel y el movimiento islamista Hamás para el Ramadán, el mes sagrado de ayuno musulmán, pero nada indica que podrán alcanzar su cometido.
El conflicto ha dejado de momento 31.045 muertos en Gaza, en su mayoría civiles, según Hamás.
La guerra estalló el 7 de octubre, con el ataque sin precedentes de comandos de Hamás en suelo israelí, en el que murieron unas 1.160 personas, sobre todo civiles, según un recuento de la AFP a partir de datos israelíes.
Unas 250 personas fueron secuestradas y 130 siguen cautivas en Gaza, de las que 31 habrían fallecido, según las autoridades israelíes.
En respuesta, Israel prometió "aniquilar" a Hamás y lanzó una campaña militar contra el enclave palestino.
Biden no ocultó su impaciencia con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, al afirmar el sábado que "daña más que ayuda a Israel".
Netanyahu, que enfrenta presiones en su país para alcanzar un acuerdo de liberación de los rehenes, rechazó el domingo las declaraciones de Biden.
- "Para que no se muera" -
Por su parte, el rey Salmán de Arabia Saudita señaló el domingo que la guerra en Gaza será una sombra sobre el mes sagrado de ayuno y oración.
"Al presenciar la llegada del Ramadán este año, nuestros corazones están apesadumbrados por el dolor de nuestros hermanos palestinos que sufren una agresión sin tregua", declaró.
Según las autoridades del grupo islamista, en el poder en Gaza desde 2007, al menos 85 palestinos murieron en las últimas 24 horas, en más de 60 bombardeos nocturnos en el centro y el sur del enclave, sobre todo en Jan Yunis.
El asedio total impuesto por Israel ha provocado una catástrofe humanitaria en este territorio y, según la ONU, 2,2 millones de los 2,4 millones de habitantes están al borde de la hambruna.
"Alimento a mi hija con agua, agua, para que no se muera. No me queda otra", contó una madre en la ciudad de Gaza, Barak Abhar, con su bebé llorando en los brazos.
Israel sólo deja entrar ayuda humanitaria al territorio con cuentagotas desde la cerrada frontera con Egipto.
La ONU, que ha advertido que una hambruna generalizada es "casi inevitable" en el territorio, insiste en que las entregas de ayuda por aire o mar no pueden sustituir a las terrestres, que debe ingresar por Rafah, en la frontera con Egipto.
Ambas partes en el conflicto se acusan mutuamente de impedir una tregua. El jefe de Hamás, Ismail Haniyeh, aseguró el domingo que el grupo islamista seguía "abierto a continuar las negociaciones" para una tregua.
Hamás quiere que el Ramadán "pase de ser un mes de oración a ser un mes de derramamiento de sangre", declaró a su vez Benny Gantz, miembro del gabinete de guerra israelí.
A.Kenny--MP