Capturados y luego liberados, los soldados ucranianos regresan al frente
Cuando Yuri Feniuk regresó a su casa en Ucrania después de casi un año en cautiverio en manos de los rusos, sus familiares le rogaron que no volviera a la línea del frente. Pero lo hizo igual. "Es mi decisión. Soy adulto", afirmó.
A los 34 años, este soldado ucraniano miembro del regimiento Azov llevaba ocho años de ejército cuando fue herido y luego capturado en la ciudad portuaria de Mariúpol, en el sur de Ucrania, que fue el escenario de una de las batallas más feroces y sangrientas del conflicto que comenzó con la invasión rusa en febrero de 2022.
"Obviamente, nadie quería que volviera, y menos todavía porque ya había sido herido y capturado", relató a la AFP, en Limán, una localidad del este de Ucrania a unos 15 km del frente.
Yuri cree que no tuvo otra opción que regresar mientras mueren soldados jóvenes y que sus habilidades en tiempos de guerra pueden ser útiles para salvar vidas civiles.
"Tenemos que continuar porque esto no va a terminar fácilmente", destacó, rechazando la idea de que Rusia capitule o inicie negociaciones.
Al igual que él, muchos soldados ucranianos están decididos a continuar esta lucha existencial, incluso después de dos largos años de gran guerra y en un momento difícil para Ucrania, debido a la falta de municiones y de nuevos reclutas.
Varios militares ucranianos interrogados por la AFP en la región industrial de Donetsk, devastada por la guerra, comparten su punto de vista.
Yuri Feniuk fue capturado en mayo de 2022 junto con otros 2.500 militares ucranianos, incluido el regimiento Azov, en Mariúpol, donde los defensores ucranianos atrincherados en el sitio siderúrgico de Azovstal resistieron durante semanas el diluvio de fuego ruso.
Según Azov, después de varios intercambios de prisioneros, alrededor de 900 de sus combatientes capturados en Mariúpol siguen cautivos de los rusos. La formación se negó a precisar cuántos de los liberados regresaron al frente, como Yuri, temiendo que estas cifras obstaculicen la continuación de los intercambios.
Sviatoslav Siri, de 28 años, también fue capturado después de que el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski ordenara a sus tropas, atrincheradas en búnkeres bajo Azovstal, que se rindan.
"Fue un sentimiento terrible. Es ante todo un sentimiento de vergüenza", contó el joven soldado a la AFP evocando el caos de los combates, frente a un enemigo dotado de una potencia de fuego aplastante, durante los cuales fue herido.
"Después de este infierno tienes que enfrentarte al peor enemigo del mundo y a uno de los más crueles. Tu destino y tu vida dependen 100% de él", resumió.
- Regresar lo antes posible -
Los dos expresos describieron malos tratos atroces en cautividad, con palizas periódicas.
Yuri Feniuk recuerda a uno de sus compañeros de celda fallecido, que, para borrar un tatuaje relacionado con el batallón de Azov que los carceleros le habían ordenado quitar, raspó su piel con fragmentos de vidrio.
Estaban detenidos en la conocida prisión de Olenivka, en la parte ocupada de la región de Donetsk, donde más de 50 prisioneros de guerra ucranianos murieron durante un bombardeo en julio de 2022.
Kiev y Moscú se culpan mutuamente del ataque.
Para Sviatoslav, también miembro del batallón de Azov, la decisión de volver al frente fue inevitable, a pesar de los horrores y la fatiga de casi un año de cautiverio.
"Después de nuestra liberación no dijimos ni una palabra. Solo hablamos del momento en el que volveríamos y de cómo unirnos a las filas lo antes posible", explica a la AFP.
En todo el este de Ucrania, vallas publicitarias alientan el reclutamiento para Azov, que se convirtió en una leyenda para muchos en Ucrania después de haber luchado desde 2014 contra las fuerzas prorrusas en el este.
En Kiev, el ayuntamiento está adornado con una gran pancarta que llama a la liberación de los que aún están cautivos.
Decenas de ucranianos se reúnen cada semana en la capital pidiendo a las autoridades que presionen a Rusia para liberar a los prisioneros restantes.
Para los dos antiguos prisioneros, el sufrimiento de sus compañeros todavía en cautiverio, refuerza su voluntad de volver al frente.
"Absolutamente todos los días pienso en aquellos con quienes estuve y espero que vuelvan pronto. Es una carga que nunca te abandona", aseguró Sviatoslav.
T.Gruber--MP