El bombardeo del consulado de Irán en Siria, imputado a Israel, "franqueó una línea", estiman analistas
El bombardeo de un edificio diplomático iraní en Siria, atribuido a Israel, y las posibles represalias a través de los aliados regionales de Irán amenazan con hacer saltar el polvorín de Medio Oriente, estiman analistas.
El bombardeo de la sección consular de Teherán en Damasco mató el lunes a 13 personas, entre ellas el oficial iraní de mayor rango en Siria, Mohamad Reza Zahedi, y seis miembros de la Guardia Revolucionaria de la República Islámica.
"Es una escalada importante. Al tomar por blanco un local diplomático iraní, Israel franquéo una línea", afirma el analista Ali Vaez, del International Crisis Group.
Irán y Siria achacaron el ataque a Israel, que se limitó a indicar que "no comenta las informaciones de la prensa extranjera".
De hecho, Israel comenta en muy contadas ocasiones sus operaciones militares en Siria, donde el gobierno de Bashar Al Asad, confrontado a una guerra civil desde 2011, recibe apoyo militar de Irán y de organizaciones afines a Teherán.
El ejército israelí intensificó sus operaciones en la región desde el inicio de la guerra en Gaza contra Hamás, desencadenada por una sangrienta incursión del movimiento islamista palestino en el sur del Estado hebreo, el 7 de octubre.
Irán, que apoya a Hamás aunque niega cualquier implicación en el ataque del 7 de octubre, movilizó a sus aliados regionales --en Líbano, Irak y Yemen-- para atacar objetivos de Israel o de Estados Unidos, principal aliado de ese país.
Las autoridades iraníes habían asegurado que no tenían intención alguna de verse involucradas en una guerra regional.
Pero después del bombardeo de la sección consular en Damasco, el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenéi, advirtió que "el régimen perverso sionista será castigado" y el presidente de Irán, Ebrahim Raisi, aseguró que ese "crimen cobarde no quedará sin respuesta".
- "Lógica de escalada" -
"El ataque al consulado iraní en Damasco transgredió muchas líneas rojas", dice Basam Abu Abdallah, un analista sirio cercano al gobierno que dirige el Centro de Investigación Estratégica de Damasco.
"Había reglas en el enfrentamiento, pero ahora es una guerra abierta entre Israel y el Eje de la Resistencia", agrega.
Los aliados de Hamás, en particular el Hezbolá libanés y los rebeldes hutíes de Yemen, están unidos a Irán en lo que describen como el Eje de la Resistencia contra Israel.
"Está claro que estamos en una lógica de escalada", apunta Basam Abu Abdallah. "Los ataques podrían reanudarse contra bases estadounidenses en Irak, Siria o en otros lugares", asegura.
Hezbolá también dijo que el ataque de Damasco "no quedará impune". Para apoyar a Hamás, su aliado, este grupo bombardea posiciones fronterizas israelíes casi a diario aunque de momento no ataca objetivos lejos de la frontera.
"Es probable que Irán haga pagar a Israel, pero indirectamente y a través de sus socios y sustitutos en la región", dice Ali Vaez.
Los analistas apuntan que el ataque a Damasco podría incluso ser un intento del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, de provocar un conflicto a escala regional.
"Bajo la presión de los estadounidenses, Netanyahu se está quedando sin tiempo para continuar la guerra en Gaza y está recurriendo a Líbano y Siria", apunta el analista Nick Heras, en referencia a la presión estadounidense sobre Israel para que la guerra no se prolongue en Gaza.
Israel considera que "los iraníes están dirigiendo desde Damasco los frentes" en Gaza y Líbano, y Netanyahu "espera una próxima guerra regional con Irán" en la que "espera se le una Estados Unidos", dice este experto de New Lines Institute for Strategy and Policy.
I.Frank--MP