Aumenta la presión sobre Israel por la muerte de siete cooperantes en Gaza
El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, consideró el miércoles "absolutamente inaceptables" las explicaciones israelíes sobre la muerte de siete cooperantes en un bombardeo en Gaza, aumentando la presión internacional sobre el gobierno de Benjamin Netanyahu.
Los cadáveres de los seis cooperantes de la ONG estadounidense World Central Kitchen (WCK) --tres británicos, una australiana, un polaco y un canado-estadounidense-- fueron entregados a diplomáticos en Egipto, para ser repatriados a sus respectivos países. La séptima víctima, palestina, fue enterrada en Rafah.
Israel asumió la responsabilidad del bombardeo del lunes en Deir al Balah, en el centro de la Franja de Gaza, pero el jefe de Estado Mayor, Herzi Halevi, aseguró que se trató de un "grave error" que se produjo "tras una identificación errónea (...) en condiciones muy complejas".
El presidente israelí, Isaac Herzog, pidió "disculpas" y el primer ministro ultranacionalista Benjamin Netanyahu dijo que se trató de un "trágico incidente".
Esas explicaciones no convencieron a Pedro Sánchez, quien las consideró "absolutamente inaceptables" e "insuficientes".
Sánchez, actualmente de gira por tres países de la región, afirmó esperar "una aclaración mucho más pormenorizada, mucho más detallada de cuáles han sido las causas (...), teniendo en cuenta además que, por lo que se conoce hasta ahora, el gobierno israelí sabía de la acción y del itinerario de esta ONG sobre el terreno en Gaza".
- "Ira y preocupación" -
Sus declaraciones incrementan la presión sobre Israel por parte de organizaciones internacionales e incluso de sus propios aliados para garantizar la protección de la población civil en la ofensiva que lanzó contra el movimiento islamista Hamás, en el poder en Gaza, desde la letal incursión de milicianos en su territorio, el 7 de octubre.
El primer ministro australiano, Anthony Albanese, llamó a Netanyahu y le expresó su "ira y preocupación" por el ataque del lunes; y la cancillería polaca convocó al embajador de Israel en Varsovia para hablar de "responsabilidad moral, política y financiera" tras el ataque.
La ONU calificó el ataque como un "resultado inevitable de la forma en que se lleva a cabo actualmente esta guerra" y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, estimó que Israel "no hizo lo suficiente para proteger a quienes intentan repartir la ayuda que los civiles necesitan desesperadamente".
WCK, fundada por el conocido chef español José Andrés, con nacionalidad también estadounidense, dijo estar de luto por la pérdida de estos siete "héroes", en un "ataque dirigido", con un blanco designado, lanzado a pesar de que el grupo había coordinado sus movimientos con las fuerzas israelíes.
La organización suspendió sus operaciones de entrega de comida y un barco procedente de Chipre que ya estaba cerca de las costas gazatíes con unas 240 toneladas de víveres dio media vuelta sin descargar.
Según la ONU, la guerra dejó a los cerca de 2,4 millones de habitantes de la Franja de Gaza al borde de la hambruna.
- Trozos de la tienda de campaña -
La guerra en Gaza estalló el 7 de octubre tras un ataque de los milicianos de Hamás en Israel que dejó 1.160 muertos, la mayoría civiles, según un recuento con base a datos israelíes.
Los comandos islamistas también capturaron a unos 250 rehenes, de los cuales unos 130 continúan en Gaza, incluidos 34 que habrían fallecido, según Israel.
En represalia, Israel prometió "aniquilar" a Hamás, y su ofensiva en Gaza ha provocado hasta ahora 32.975 muertos, según el último balance del Ministerio de Salud del territorio, gobernado por Hamás desde 2007.
En los bombardeos israelíes de las últimas 24 horas, murieron al menos 60 personas, según el ministerio.
El ejército israelí prosiguió las operaciones en el sector del hospital Al Amal, en Jan Yunis, en el sur de Gaza, y aseguró que sus fuerzas "mataron y capturaron a cierto número de terroristas" y encontraron "muchas armas".
Un representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Dominic Allen, advirtió de una escasez atroz de medicinas y de las dificultades para distribuir ayuda en el territorio.
"La gente con la que nos hemos cruzado está demacrada, nos dicen que buscan qué pueden comer. Estamos muy preocupados por las mujeres embarazadas y que dan el pecho", explicó en una entrevista con AFP al finalizar una misión de una semana en la Franja.
Según Allen, los pacientes que necesitan ser intervenidos "tienen que llevar su bidón de carburante" para que funcione el bloque operatorio y las mujeres con periodo se ven obligadas a hacer toallas sanitarias con trozos de la tienda de campaña donde viven.
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU examinará el viernes un proyecto de resolución para imponer un embargo de armas a Israel, mencionando "el riesgo de un genocidio en Gaza".
El texto condena "el recurso de Israel a armas explosivas con un amplio radio de acción" en zonas pobladas de la Franja y le pide "respetar su responsabilidad legal de prevenir un genocidio".
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Y.Hube--MP