El presidente iraní viaja a Sri Lanka sin su ministro del Interior, reclamado por Argentina
Tras una visita a Pakistán, el presidente iraní, Ebrahim Raisi, prosiguió este miércoles su viaje a Sri Lanka pero sin su ministro del Interior Ahmad Vahidi, reclamado por Argentina por su presunto papel en el atentado contra la mutual judía AMIA en Buenos Aires en 1994.
Ahmad Vahidi, que había acompañado a Raisi en su visita de Estado de tres días a Pakistán, no forma parte de la comitiva iraní presente en Sri Lanka, según declararon las autoridades de este país, contactadas por AFP.
La agencia oficial iraní IRNA indicó que el ministro del Interior había regresado el martes a Irán, para asistir a la toma de posesión de un gobernador provincial.
El martes, Argentina pidió la detención internacional del ministro de Interior de Irán, Ahmad Vahidi, en relación al atentado contra la mutual judía AMIA que dejó 85 muertos en Buenos Aires hace 30 años.
La oficina Central de Interpol emitió una circular roja para la detención de Vahidi a pedido de Argentina, que a su vez solicitó a los gobiernos de Pakistán y Sri Lanka que procedieran con el arresto, según un comunicado de la cancillería del país sudamericano.
En el momento de ese atentado, Vahidi era comandante de la Fuerza Quds, la unidad de operaciones encubiertas de los Guardianes de la Revolución iraní.
El atentado a la AMIA fue el segundo contra la colectividad judía argentina, la más numerosa de Latinoamérica, después del perpetrado en 1992 contra la embajada de Israel, que dejó 29 muertos. Ambos ataques han quedado impunes.
Irán niega su implicación, y ha rehusado en todo momento la extradición de ocho responsables iraníes pedida en 2006 por tribunales argentinos. Entre ellos figuran el ex presidente Akbar Hashemi Rafsanjani, el exagregado cultural de Irán en Buenos Aires, Mohsen Rabbani, y Vahidi.
Raisi aterrizó este miércoles en el sur de Sri Lanka, a pocos minutos en coche del complejo hidroeléctrico de Uma Oya, financiado en parte por Irán y construido por la empresa iraní Farab.
Luego tiene previsto visitar brevemente la capital Colombo, para entrevistarse con su homólogo Ranil Wickremesinghe.
Tras una inversión inicial de 50 millones de dólares aportada por el banco iraní de desarrollo y exportaciones en 2010, el proyecto se vio retrasado por las sanciones internacionales a la República islámica, y Sri Lanka tuvo que financiar el resto.
El país insular está ahora mismo reembolsando 215 millones de dólares de deuda vinculada al petróleo iraní con té, su principal producto de exportación.
La única refinería de petróleo de Sri Lanka fue construida por Irán en 1969, en tiempos del shah.
C.Maier--MP