La atípica campaña desde Francia del independentista catalán Puigdemont
"¡Puigdemont, nuestro presidente!": los simpatizantes esperan emocionados al independentista catalán en Argelès-sur-Mer, en el sur de Francia. Aquí, a una treintena de kilómetros de España, Carles Puigdemont estableció el centro de su atípica campaña para las elecciones regionales que se celebrarán el domingo, del otro lado de la frontera.
Se acerca el mediodía y la fila para entrar al acto, organizado en un pabellón de esta localidad costera, es cada vez más larga. Varios autobuses, muchos con la cara de quien presidía Cataluña durante el intento de secesión de esta región española en 2017, aguardan en el estacionamiento, luciendo lemas como "Cataluña necesita la independencia".
En los altavoces, la música festiva en catalán se mezcla con las arengas del presentador y, quien venga con hambre tras alrededor de dos horas de viaje de media desde el sur, puede comprarse unos bocadillos en los puestos instalados bajo una carpa o echar unas partidas al futbolín.
Carles Puigdemont, quien tras la fallida secesión huyó a Bélgica para esquivar a la justicia española, no puede cruzar la frontera sin riesgo de ser detenido. Por ello, son sus seguidores quienes tienen que venir hasta él para escuchar sus mítines antes de las elecciones regionales del 12 de mayo.
Para estar más cerca, Puigdemont trasladó su residencia hace unas semanas desde Bélgica, donde ejerció como eurodiputado en esta legislatura, hasta esta zona del sureste de Francia con una fuerte simbología para los separatistas, que la denominan la "Cataluña norte", por sus vínculos culturales, lingüísticos e históricos con la región vecina en España.
"Es bastante triste, porque el presidente [Puigdemont] debería estar donde le toca estar, que es en Cataluña, y por eso es muy importante que vengamos", explica Mª Àngels Lorés, una profesora de Secundaria de 58 años, concejala de su partido en Hostalets de Pierola, una localidad del interior catalán.
- ¿Fin de ciclo? -
Esta es la tercera vez que Puigdemont se presenta a las elecciones regionales de Cataluña desde su marcha en el convulso octubre de 2017, aunque en las dos anteriores no llegó a ocupar su escaño. Pero las circunstancias han cambiado.
Ahora su "exilio" podría estar muy cerca del final si, como está previsto, el Parlamento español aprueba definitivamente en las próximas semanas la polémica ley de amnistía que los separatistas acordaron con el socialista Pedro Sánchez, a cambio de su apoyo para un nuevo mandato.
Esto abriría la puerta de regreso para Puigdemont, que ambiciona volver reconvertido en presidente regional.
"Son unas elecciones importantes porque después de todo este tiempo que ha estado en el exilio, creo que el posible retorno del presidente [Puigdemont] hace que cobren cierta relevancia", explica Arnau Ollé, un informático de 29 años, llegado desde una localidad cercana a Barcelona.
Los sondeos, no obstante, apuntan a un escenario complejo para un independentismo en horas bajas que debería superar sus fracturas internas si quiere contrarrestar a un Partido Socialista catalán al que las encuestas dan como favorito.
- "Viva Cataluña libre" -
En el centro de la turística Argelès-sur-Mer apenas hay eco, sin embargo, de lo que ocurre a unas pocas calles. Es sábado por la mañana y en los puestos de un mercado callejero los turistas se mezclan con los habitantes de esta localidad del Mediterráneo francés.
"He visto que celebraba una gran reunión (...) y que pasaba algún bus, pero eso es todo", explica sonriendo Alain Saussier, un jubilado de 72 años, al corriente de que Puigdemont estaba en la zona, pero que no advirtió nada diferente.
A la salida de una panadería, Muriel Creel decía haberse enterado por la prensa local de que el independentista, con el que afirma no compartir ideas políticas, estaba haciendo campaña desde aquí.
"España es una entidad y tiene que seguir siéndolo, como Francia. Necesitamos tradiciones regionales, está muy bien, pero el país tiene que seguir unido", opina esta jubilada de 71 años.
A poca distancia de allí, unos 3.000 simpatizantes -según la organización- ovacionarán a Puigdemont, tras un discurso que finalizará con el tradicional "Viva Cataluña libre".
"Lo he visto con ilusión y con ganas", celebra Yolanda Gómez, una ama de casa de 60 años, de Barcelona.
Pese a que sabe que las elecciones no serán fáciles, ya imagina cómo sería un posible regreso de Puigdemont.
"Una fiesta", dice sonriente. "Como cuando el Barça gana la Champions", apunta a su lado su hermana Sonia.
G.Murray--MP