Poderoso senador Bob Menéndez puso su poder "en venta", sostiene la fiscalía
El poderoso senador de origen cubano Robert Menéndez puso su poder "en venta" dijo la fiscalía en los alegatos de apertura del juicio que le sienta por corrupción para ayudar a los gobiernos de Egipto y Catar a cambio de dinero.
"Era poderoso, también era corrupto", dijo la fiscal Lara Pomerantz al jurado de 12 miembros y 6 suplentes, que sellará su suerte al término de este juicio en el que también se sientan los empresarios Wael Hana y Fred Daibes.
El juicio a su esposa, Nadine Menéndez, inculpada en la misma causa, ha sido pospuesto hasta julio por problemas de salud.
La fiscalía acusa al senador de 70 años, que fuera uno de los pesos pesados del Partido Demócrata, de utilizar su poder e influencia para proteger y enriquecer a los dos empresarios e influir con el fiscal general de Nueva Nueva Jersey a favor de un tercero, José Uribe, que se declaró culpable y está colaborando con la fiscalía.
Menéndez está acusado de beneficiar al gobierno de Egipto, proporcionando "información sensible" sobre el gobierno de Estados Unidos y "adoptar medidas" secretamente en favor de ese país entre 2018 y 2022, y de ayudar a Daibes para invertir en un fondo vinculado con Catar.
A ello se suma otra imputación de la fiscalía que lo acusó en marzo de obstrucción a la justicia cuando se le investigaba por los sobornos recibidos.
"Puso su avaricia primero, puso su propio interés por encima del interés de la gente (a la que servía), puso su poder en venta", dijo la fiscal.
"Esto no era la política de siempre, era la política con ánimo de lucro", sostuvo.
La policía halló en la casa del senador y su esposa en Nueva Jersey 480.000 dólares escondidos en una caja de seguridad, entre la ropa, bolsillos de chaquetas con su nombre y zapatos y 13 lingotes de oro. Su esposa también recibió un Mercedes-Benz descapotable, un anillo de diamantes y muebles.
Los cargos más graves pueden acarrear hasta 20 años de cárcel.
- Negocios separados -
En su turno, el abogado del senador Avi Weitzman trató de deslindar el trabajo del entonces presidente de la poderosa Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, a cuya presidencia renunció tras ser imputado, con los negocios de su esposa de origen libanés a la que conoció en 2018 y con quien se casó dos años después y a cuya casa se fue a vivir después.
"Nadine tenía preocupaciones financieras", reconoció, pero se las había escondido al senador, según él.
"Se aseguró de que Bob no estuviera en las conversaciones", dijo la defensa, que aseguró que se apoyaba en amigos y familiares para superarlas.
Tanto Menéndez como su esposa y los dos empresarios que se sientan en el banquillo, se declararon inocentes. En cambio, un tercer imputado,
Por problemas de salud, el juicio a Nadine Menéndez ha sido pospuesto hasta julio.
La fiscalía acusa a Menéndez de recibir sobornos para ayudar a Daibes, que "buscaba millones de dólares en inversiones de un fondo vinculado a (...) Catar realizando actos" en beneficio de Doha.
Menéndez habría presentado a Daibes a un miembro de la familia real catarí, que también era director de una empresa de inversión de ese país de Oriente Medio no identificada.
Según la fiscalía, Menéndez habría ayudado a Hana a conservar el monopolio que le otorgó el gobierno egipcio para la importación de carne halal, pese a las protestas del departamento de Agricultura estadounidense.
Senador desde 2006 y antes miembro de la Cámara de Representantes durante 14 años, Menéndez ha sido un incondicional demócrata en el Congreso durante tres décadas.
Como presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado fue un feroz opositor a la normalización de las relaciones con Cuba y acérrimo enemigo de Venezuela y China, y defensor de Israel.
Este es la segunda vez que Menéndez se sienta en el banquillo por corrupción. En 2015 fue acusado de aceptar sobornos de vuelos en jets privados, vacaciones de lujo y más de 750.000 dólares en donaciones ilegales de campaña. Pero tres años más tarde el juicio quedó sin efecto después de que el jurado fuera incapaz de llegar a un veredicto unánime y el Departamento de Justicia desistió de volver a juzgarlo.
P.Walsh--MP