Draghi y Berlusconi, en liza para la presidencia de la República de Italia
El parlamento de Italia inicia el lunes las votaciones para elegir a un nuevo presidente de la República, en las que el actual Primer Ministro, Mario Draghi, figura como uno de los favoritos, lo que puede abrir una fase llena de incógnitas políticas.
A medida que las negociaciones entre bastidores avanzan, pierde impulso la candidatura del ex primer ministro y magnate de las comunicaciones Silvio Berlusconi, quien lanzó una original campaña seduciendo por teléfono a los parlamentarios indecisos con sus chistes y promesas.
"Il Cavaliere", de 85 años, que sueña desde hace décadas ocupar ese prestigioso cargo, anunció que el domingo anunciará si se retira o no de la carrera a la presidencia, ya que los votos de toda la derecha no le son suficientes.
El magnate ha pasado toda la semana buscando el apoyo de cerca de 60 electores que le garanticen la victoria y evitar la humillación de una derrota.
Más de mil "grandes electores", entre diputados, senadores y representantes de 20 regiones, deberán elegir al nuevo presidente, cuyo mandato dura siete años.
En las tres primeras rondas de votación es necesaria una mayoría de dos tercios, pero a partir de la cuarta ronda de votaciones es suficiente una mayoría simple.
La votación se realiza mediante voto secreto y suele durar varios días. En el pasado las sorpresas no han faltado, tanto que las elecciones para presidente en Italia suelen ser comparadas a los cónclaves para la elección del papa.
Debido a las medidas de seguridad por el covid, cada ronda durará solo un día y aquellos que resulten contagiados podrán contar con una mesa de votación externa especial.
Si bien las funciones del presidente son esencialmente honorarias en Italia ya que se rige por el sistema parlamentario, para el delicado cargo, con el poder de disolver el Parlamento, se suele escoger a una personalidad de renombre, con notables capacidades de mediación y que esté por encima de los partidos.
- "Un terremoto" político -
"Esta es una elección clave y muy complicada, porque los partidos políticos están divididos y debilitados", explicó a la AFP Giovanni Orsina, director de la Escuela de Estudios Luiss de Roma.
El influyente periódico IL Corriere della Sera advirtió el jueves que el resultado podría "golpear como un terremoto al gobierno", mientras Italia lucha contra una nueva ola de contagios de coronavirus y está iniciando la recuperación económica después de la brutal recesión registrada en el 2020 por el encierro.
Draghi, de 74 años, es para muchos el hombre ideal para ese cargo. Eje clave de la amplia coalición que va de la derecha a la izquierda, lo que le garantizó obtener colosales fondos de la Unión Europea, el economista ha dado al país un prestigio internacional que se creía perdido.
Pero remplazar a Draghi no resulta fácil y muchos preferirían que permanezca en el cargo de Primer Ministro hasta las próximas elecciones legislativas en 2023, de manera que garantice la puesta en marcha de las reformas exigidas por la UE lanzadas hace un año y evitar una crisis de gobierno y elecciones anticipadas.
- Año preelectoral -
Otros expertos consideran que Draghi en el cargo de presidente puede garantizar una mayor estabilidad política y mantener las buenas relaciones con la UE, sobre todo en el caso de que la coalición de derecha, que incluye a la ultraderecha, gane las elecciones legislativas del 2023.
"Este es un año preelectoral. Incluso para Draghi, como Primer Ministro, le será difícil controlar la situación política", ya que el enfrentamiento entre los varios sectores durante la campaña será fuerte, estima Orsina.
La prensa italiana lleva semanas lanzando nombres de candidatos para suceder a Sergio Mattarella, 80 años, en el palacio del Quirinale, sede de la presidencia.
Entre ellos figuran el comisario europeo Paolo Gentiloni, el ex primer ministro socialista Giuliano Amato y la ministra de Justicia Marta Cartabia, quien sería la primera mujer presidente del país.
R.Schmidt--MP