Las negociaciones de la COP29, al ralentí antes del G20 y la llegada de los ministros
Los delegados de la COP29 en Bakú siguen este sábado con pocos resultados tras una semana de negociaciones, pero confían en que la cumbre del G20 en Rio y la llegada de los ministros desbloqueen la situación.
"Todavía queda mucho camino por recorrer, pero todo el mundo es muy consciente de lo que está en juego, a mitad de la COP", declaró el jefe del organismo de la ONU para el Clima, Simon Stiell.
"Queda mucho, mucho por hacer", subrayó Samir Bejanov, uno de los negociadores de la presidencia azerbaiyana de la conferencia de la ONU.
En Bakú hay un pulso entre los países ricos y las naciones más desfavorecidas, que reclaman globalmente 1,3 billones de dólares anuales de financiación para luchar contra el cambio climático de aquí a 2030.
Una nueva propuesta de documento sobre el financiamiento circuló el viernes por la noche pero con múltiples opciones abiertas en sus 25 páginas, antes de la llegada de los ministros a principios de la próxima semana para los últimos días de la cumbre, que termina oficialmente el 22 de noviembre.
"Sigue sin haber una señal clara sobre la dirección porque el texto no está suficientemente sintetizado, todavía hay muchas opciones sobre la mesa", dijo un observador a AFP.
Este año, la COP29, organizada en Azerbaiyán, debe concluir con un "Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado", o NCQG por sus siglas en inglés.
Este nuevo objetivo reemplazará al adoptado en 2009 y alcanzado en 2022, que estipulaba que los países ricos proporcionaran 100.000 millones de dólares al año para ayudar al mundo en desarrollo a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse al cambio climático.
Pero en Bakú siguen habiendo numerosas incógnitas en torno a este desafío: quién tiene que pagar, qué tipo de financiamiento incluir en el total... y sobre todo, ¿qué monto?
Un observador reportó un ambiente "tenso" en la sala donde se mantenían las negociaciones informales del viernes. Pero otro negociador explicó que las reuniones paralelas entre las grandes potencias están siendo constructivas.
- "Impulso" -
La cifra de 1,3 billones por año ya empieza a sonar entre varios países occidentales, que admiten que sus fondos públicos sólo podrán cubrir una parte de esta suma.
Para ello cuentan con el sector privado, los bancos multilaterales o las nuevos contribuidores, como China.
"Sabemos que se necesitan al menos 1,3 billones para los países con recursos bajos o medios. Esta es la cifra, pero la pregunta es de qué estará constituida", señaló esta semana el ministro irlandés Eamon Ryan.
Una fuente diplomática francesa también admitió la necesidad de llegar a un acuerdo en Bakú pero alertó que las negociaciones están "estancadas".
Los enviados europeos, que han evitado por el momento mencionar una cifra específica, dan parte de su frustración por tener que discutir todavía un texto muy denso.
"Estamos muy preocupados" de este retroceso, después de un año de negociaciones previas, afirmó esta semana el delegado de la Unión Europea, Jacob Werksman.
En este contexto, los enviados vieron un gesto positivo por parte de China cuando Pekín mencionó y cifró por primera vez sus "inversiones en acción climática en los otros países en desarrollo".
"Es muy urgente que los dirigentes del mundo que se reúnen para el G20 en Rio den un auténtico impulso político y energía", para evitar el fracaso de las negociaciones, advirtió Friederike Röder, de la oenegé Global Citizen.
El G20 reunirá el lunes y el martes en Rio a los líderes de las principales potencias económicas del mundo. Brasil busca encontrar una solución al tema financiero antes de la COP30, que organizará el año que viene en Belém.
"Los dirigentes del G20 tienen que afirmar alto y fuerte que la cooperación internacional sigue siendo la mejor y única opción para la humanidad de sobrevivir al calentamiento del planeta", reiteró Stiell.
G.Murray--MP